Este martes Grupo Evoltis presentó los resultados de su Índice Cultura de Innovación Argentina (ICI), estudio iniciado en el 2016 y que todos los años mide -como su nombre señala- el nivel de innovación de algunas empresas de nuestro país.
El relevamiento incluyó a 32 organizaciones, a las que “rankeó” en una escala del 1 al 5. En promedio, las instituciones argentinas recibieron una puntuación de 3.27, con resultados individuales que oscilaron entre 4.07 (en el caso de la mejor posicionada) y 2.46 (el cociente registrado más bajo).
La presentación contó con las disertaciones de Jay Rao, profesor en Babson College (Boston, EEUU) y creador del Modelo de Cultura de la Innovación y Fran Chuan, socio fundador de Dicere Global (Valencia, España). Ambos analizaron los resultados e intentaron explicar el particular escenario del ecosistema argentino.
¿Cómo funciona el ICI?
Según explica Chuan, el ICI se define tras analizar 54 elementos, que se encuentran divididos en dos grandes categorías (que a su vez incluyen 3 subcategorías).
Por un lado están los “Recursos”, que abarcan: los procesos utilizados, los resultados obtenidos, y los recursos propiamente dichos de una organización. El otro grupo es el “Emocional”, que se puede desagregar en valores, conductas y clima.
¿Qué debemos mejorar?
Chuan señala: “En las empresas medidas en Argentina, la parte emocional es más poderosa que la racional. No por mucho, pero esto es fundamental”. Y detalla: “El “cuello de botella” está en los procesos; lo que es bastante común en varios países latinos”.
El ICI marca que las firmas argentinas tienen una gran falencia a la hora de asignar tiempo, espacio y personas expertas, a la realización de tareas innovadoras. “Aplica la metáfora de perro que ladra no muerde” ilustra Chuan, “hablamos mucho de la innovación, pero no siempre la ponemos en práctica”.
El socio de Dicere Global sugiere como una solución apoyarse en recursos externos, que sean capaces de generar los procesos adecuados para dar lugar a la innovación. “No se requiere de grandes inversiones, sino de la estimulación adecuada para impulsar la cultura de la organización” destacó Chuan.
Jay Rao coincide con esta última postura, al asignarle un lugar predilecto a la cultura para el desarrollo de la innovación.
“La cultura es el componente que hace a cada institución diferente; por eso, su desarrollo es lo que verdaderamente brinda una propuesta de valor única a cada empresa”, destaca Rao.
El profesor de la Babson College concluye “en un contexto cada vez más competitivo -y en el que la innovación ocupa el centro de la escena-, la cultura organizacional ocupa un rol clave, al atraer a colaboradores talentosos, quienes son un eje central”.
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