En el año 2003, el ex-presidente sudafricano Nelson Mandela advirtió sobre el rápido avance de la globalización al compararlo con el cambio de estaciones: “quien no quiere aceptar este fenómeno está negando el invierno, en vez de abrigarse para su llegada”.
Más de una década después, nos encontramos con el cumplimiento de esta profecía (y con más de uno todavía en “shorts y musculosa”). Para ayudar a que cada vez más empresas “emponchen” a sus empleados, nace Nulinga.
Esta iniciativa ofrece un servicio de terciarización en capacitación de idiomas; proveen clases online personalizadas -con profesores reales-, a los colaboradores de la compañía.
Según explica Juan Villarejo, uno de los co-fundadores de la start-up, su objetivo es “democratizar el acceso a capacitaciones y aprendizaje de idiomas” mediante la combinación de métodos de enseñanza tradicionales y el uso de nuevas tecnologías.
“Viendo el mercado de estudio de idiomas notamos que habían solo dos opciones: los institutos tradicionales, con muy buena enseñanza (pero que no se encuentran aggiornados a la revolución digital), y las plataformas 100% digitales, que tienen bien desarrollado el uso de las nuevas tecnologías pero que no cuentan con una metodología comprobada”, cuenta Martín Perri, otro de los fundadores de Nulinga. Subraya: “Planteamos un híbrido: tomamos el método de los institutos y le agregamos la pata digital”.
¿Cómo funciona para las empresas?
Nulinga es de uso exclusivo para empresas (de momento, independientes no pueden contratar este servicio). Las compañías que decidan apostar a esta nueva plataforma, deben elegir uno de los distintos paquetes que la firma ofrece; los mismos varían en función de la cantidad de colaboradores que vayan a capacitarse (y según aclaran, pueden ser personalizados a cada caso particular).
La institución debe pagar un fee mensual fijo y, a cambio, Nulinga ofrece lo que Perri define como “una solución llave en mano”.
“Les vendemos un servicio integral, que incluye todo lo necesario para el correcto seguimiento” afirma Perri, y específica: “enviamos las piezas gráficas para la difusión de los cursos (adaptadas a sus canales de comunicación); nos hacemos cargo de las inscripciones y cancelaciones, y recibimos todas las consultas de sus empleados. Y le proveemos a la empresa un dashboard de analytics, donde encuentran toda la información referida al progreso de sus colaboradores: quiénes realizaron el test nivelatorio, qué clases toman y en qué horario, los niveles de presentismo y ejercitación, etc. Apuntamos a que la empresa pueda medir el retorno de su inversión”.
A su vez, al abonar la cuota mensual de Nulinga, las empresas “subsidian” descuentos agresivos para el co-pago que sus colaboradores deben realizar: “Incentivamos el co-pago de los empleados -aunque a veces se trate de un número simbólico-, porque genera mayor compromiso” explica Perri. En ese sentido, el fundador agregó: “Cuando las empresas cubren el 100% de los gastos para los empleados, siempre notamos lo mismo: al principio hay una adhesión alta, pero en el largo plazo crece la tasa de abandono”.
¿Y para los empleados a capacitarse?
Antes de empezar con las clases, los inscriptos deben realizar un test que define su nivel según el conocido marco europeo (A1, A2, B1, B2, C1 y C2). Luego deben elegir el horario de cursado y la modalidad: clases individuales o grupales (de hasta 4 personas). Resuelto esto, a los colaboradores se les designa un docente que los acompañará a lo largo de toda su formación.
“Así como buscamos facilitarle a las empresas sus operaciones en cuanto a logística y seguimiento, tratamos de hacer lo mismo con quienes toman las capacitaciones. Las clases que les ofrecemos pueden ser programadas en el horario que ellos prefieran, y la tecnología permite que no tengan que perder tiempo en transporte” dice Perri.
Nuevos horizontes
Actualmente Nulinga opera solo en Argentina y tiene cursos disponibles en Inglés y Portugués, ambos en los 6 niveles ya mencionados. A partir del cuarto, los estudiantes pueden elegir entre el idioma tradicional o uno técnico (con orientación a “Business”).
Durante julio sus capacitaciones debutarán en el mercado mexicano, y estiman llegar al chileno antes de que termine el 2020. “La idea es expandirnos a toda latinoamérica, aunque Brasil seguramente sea el último país al que lleguemos” aclara Villarejo.
En lo que respecta a idiomas, esperan poder incluir español (sobre todo para venderlo a empresas brasileñas), y no descartan nichos más específicos, como italiano, francés o chino; aunque según Perri “actualmente la masa crítica que demanda estos cursos es muy chica”.
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