Después de comercializar su marca de cerveza -también llamada Rubina- en varios bares de la ciudad, dos socios decidieron dar un paso más: hace dos meses se instalaron en “la Núñez” con su propia cervecería.
La inversión fue cercana a los $ 700.000 según detalla Guille Freidenberger, uno de los socios. Aunque agregó: “Hicimos todo a pulmón, muchas cosas las hicimos nosotros”. El bar cuenta con 3 pisos y una galería frontal.
Las opciones en Rubina son variadas: hay 12 canillas de cervezas para elegir. 6 de ellas son de la marca “de la casa” y también cuentan con otros nombres tales como Fermentum y Bóer.
Made in Rubina
Siguiendo con esta apuesta a lo artesanal, lo hacen también con la gastronomía: papas con sus distintas variedades y acompañamientos, tablas, baguettes, wraps y hamburguesas. ¿El dato? tienen una hamburguesa estrella. “Es la preferida del chef, la llamamos la Sassy Red o la roja descarada”, sostiene Freidenberger.
En cuanto a la marca de cervezas, fabrican desde hace dos años, 8 variedades que van alternando en las canillas del bar. Entre los distintos tipos que hacen, se encuentran la kölsch, amber, irish, de trigo, stout, golden, APA e IPA.
En total, están cerca de los 800 litros por semana, es decir, unos 3.500 litros por mes.
Ecofriendly, petfriendly
“Apuntamos a que sea un bar sustentable, tratamos de no usar gas y contamos con electrodomésticos totalmente eléctricos”, sostiene Guille. Además tienen una política de disminuir al máximo los desechos y derivarlos a empresas de reciclaje.
En el caso de las mascotas -siempre y cuando se porten bien- pueden ocupar un lugar en Rubina, sin problemas.
¿Los horarios? De martes a domingos, de 18 a 00 hs. y los fines de semana (de viernes a sábados) hasta las 4 am.
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