Cada vez es cosa más del pasado la asociación de la sidra con fechas festivas, ya que es más habitual encontrarse con esta bebida en cartas de bares y restaurantes de todo el país. Y esto se debe en parte a los esfuerzos de compañías sidreras por innovar y presentar nuevas propuestas que se ajustan a cualquier ocasión.
La presentación del producto en sí ha tenido una gran evolución en el último tiempo, ya que al tradicional formato en botella se le ha sumado la sidra tirada, muy requerida y valorada por consumidores en bares y restaurantes.
El consumo de esta bebida con alcohol a nivel mundial es el que más crece, y Argentina se ubica entre los principales 10 países, con un consumo per cápita del 1,9 al año.
Si bien la categoría en nuestro país sigue teniendo un consumo bien marcado en temporada de fiestas y contexto de fin de año, según el último estudio realizado por la consultora GFK, durante la temporada de verano la sidra creció en preferencia frente a otras categorías alcohólicas como vinos, whiskies y espumantes. Pero en el contexto social actual se registró una retracción natural, volcándose solo al consumo en casas, ya que bares y restaurantes se vieron afectados frente al cierre de sus puertas durante varios meses, debido a las disposiciones de aislamiento social.
Sidra 1888 es una de las marcas referentes de la categoría, líder del segmento premium, que posicionó a la sidra como una bebida distinta en el mercado. Impuso una nueva forma de disfrutar la bebida: en vaso, con hielo y acompañada de frutas frescas.
Y si hablamos de sidras artesanales, que ganan terreno entre los más jóvenes, Sidras Pehuenia es una de las marcas más recientes del mercado, elaborada a partir de ingredientes originales como pepino y cardamomo.
Por lo pronto parece que esta categoría seguirá pisando cada vez más fuerte, y continuará trayendo nuevas opciones para todos los paladares.
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