Osvaldo Panero nos recibe en sus oficinas de Sinsacate, Córdoba, para mostrarnos in situ la tarea que a diario implica la selección y movimiento de semillas que surgen de Córdoba para distribuir en el país y varios destinos internacionales. Con él, nos enfocamos primero en conocer cómo nace Smart Campo Semillas.
“Es una empresa joven, tenemos solo cinco años en el mercado, nace en febrero de 2019, compuesta por Sebastián Larroca y yo. La idea fue crear un semillero, una empresa dedicada ciento por ciento a la producción, comercialización, importación y exportación de semillas forrajeras y semillas de cultivos de servicios, una tecnología agrícola que va creciendo año a año. Desde aquel humilde inicio, donde solo éramos los dos socios y un administrativo, las cosas fueron creciendo rápidamente”, nos cuenta.
La empresa tiene proyección nacional, con clientes desde La Pampa hasta Jujuy y Misiones, provincia de Buenos Aires, todo el NOA y NEA. “Estamos muy satisfechos con ese desarrollo en tan corto tiempo”, reflexiona Panero.
El ingeniero agrónomo comenta que actualmente importan semillas de Australia, Uruguay, Brasil, y Sudáfrica, y que “a la vez exportamos a varios de esos países como Uruguay, Paraguay, Sudáfrica, Estados Unidos, en un proceso permanente de ampliación de cartera de clientes, pensando en la estabilidad de la facturación y la proyección regional e internacional”.
Y agrega: “Para todo esto hubo que recorrer varios caminos; en exportación, los negocios deben tener regularidad, tanto en la oferta como en la calidad, por lo que tuvimos que empezar a producir nuestras propias semillas, así que armamos un equipo específico de producción”.
En sus inicios, Smart Campo Semillas se dedicaba exclusivamente a la compra y comercialización, pero desde 2023 se iniciaron tanto en la producción de semillas forrajeras como de sorgos híbridos.
“Este proceso es un poco más complejo; el híbrido requiere de mayor trabajo, para lo cual tenemos un equipo técnico capacitado a tal fin. Contamos, además, con un laboratorio propio de análisis de semillas con un ingeniero agrónomo a cargo, que está próximo a inscribirse en INASE para también brindar ese servicio a otros productores”, señala Panero.
Nueva planta de procesamiento
En 2020 se montó la primera de las dos plantas de Smart Campo Semillas, en la localidad de Sinsacate, Córdoba, la cual ha sido objeto de ampliaciones y modernización permanente. La automatización de la planta original mejoró la capacidad de procesamiento en volumen y calidad, optimizando los tiempos para cumplir con los plazos de entrega comprometidos.
La segunda planta es una reciente inversión en estructura de procesamiento, ubicada en la misma localidad, sobre la traza de la Ruta 9 Norte, un corredor estratégico para alcanzar los mercados del NOA y NEA. “Ante el crecimiento de nuestro volumen de negocios, desde hace dos años empezamos a contratar servicios a terceros, lo cual nos animó a invertir en una nueva planta propia, convirtiendo a Smart Campo Semillas en prestador de servicios para otras empresas”.
Hasta el momento, en tecnología de los procesos se han invertido más de un millón de dólares, incorporando mesas densimétricas y colorimétricas, no solo pensando en las forrajeras sino también en las especialidades en las que hemos empezado a dar los primeros pasos y queremos proyectarnos”, explica Panero.
Otra inversión importante es en el equipo de ventas, apelando a mejores recursos, con presencia en seis provincias y un grupo de profesionales agrónomos que cuentan con toda la estructura para llegar a los mercados actuales y generar nuevos clientes.
Smart Campo Semillas comenzó con dos socios y un administrativo; hoy se compone de 42 personas que cumplen funciones muy específicas, fortaleciendo sus sistemas propios y garantizando los acuerdos con terceros.
La empresa tiene una visión más amplia, con la construcción de una planta de mayor envergadura en el Parque Industrial de Colonia Caroya, basando esta decisión en las ventajas que ofrece para la empresa. “Es un proyecto futuro que implicará el traslado de ambas plantas para su funcionamiento paralelo con distintos tipos de semillas”, señala.
Las especialidades han tomado mucha relevancia en el centro y norte de Córdoba, así como en el noroeste del país, convirtiéndose en un polo del sector, con campos muy tecnificados y productores de vanguardia. Es por ello que “queremos convertirnos en prestadores de servicios para ese sector y proyectarnos hacia 2025 con la posibilidad de intervenir en la exportación de esos productos”, menciona Osvaldo.
¿Qué ha posibilitado el crecimiento exponencial de la empresa?
“Creo firmemente que la seguridad y transparencia que brindamos al cliente, tanto en los procesos, en la logística, y en nuestra política comercial. Hemos desarrollado un esquema de confianza con nuestros clientes y con nuestros proveedores que ha sido la base del crecimiento.
Nuestro lema siempre ha sido ir paso a paso, conocer el producto, el mercado y evaluar las mejores condiciones; la transparencia y la palabra cumplida nos ayudaron a crecer y nos permiten encontrar nuevos clientes”.
La información como base de desarrollo
La información que se maneja hoy permite anticiparse, cambiar zonas de producción si las condiciones lo requieren; se han cambiado notablemente las fechas de cosecha por zona. La sequía extendida o la lluvia excesiva en distintas zonas exigen moverse rápidamente, y la toma de decisiones acertadas en el tiempo justo genera los rendimientos esperados. Afortunadamente, contamos con toda la información necesaria para cambiar las estrategias de siembra.
El cambio en las reglas del mercado
Para Osvaldo, las nuevas reglas de juego posibilitan negocios claros. Las exportaciones requieren continuidad y transparencia en las políticas de pago y cancelación de deudas. En la administración anterior padecimos decisiones que nos dejaron en desventaja con otros países; la perspectiva hacia adelante es que todo mejore y podamos consolidar mercado.
El empresario agrega: “Queremos compensar nuestra balanza de pagos y ser una empresa exportadora, fundamentalmente de semillas forrajeras”.
Sobre las exigencias de trazabilidad, las ve positivas, y nos vamos adecuando de acuerdo al mercado, tanto internacional como interno.
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