Luis Picat es un empresario nacido en el seno de una familia dedicada por años a la a ganadería y la agricultura, aunque los Picat, multifacéticos, estuvieron ligados a la obra pública y civil y hasta realizaron exploraciones petroleras; entre las décadas del 70 y 80 se dedicaron a la explotación de carbón vegetal y antes de eso, allá por los años 30 fueron parte de una colonia de gringos que iniciaron la cría de ganado en el norte cordobés.
“Creo que heredamos esa visión de explorar: mis padres y yo hemos ido a otras provincias a trabajar y en lo personal tengo un perfil más industrial para ir agregado valor a la producción hasta terminar en un frigorífico”, cuenta Picat.
En 2005 inició una granja de pollos y en 2010 creó el frigorífico de cerdos Qualita; “la cría de cerdos llegó en el momento justo: no sé si fuimos visionarios o suertudos”, cuenta entre risas. “Lo cierto es que entre el 2004 al 2022 el consumo de carne porcina creció de 4 a 18 kilos por habitante en Argentina”, agrega.
Desde entonces y paulatinamente “hubo un reemplazo de la carne vacuna por costo y falta de producción y -en paralelo- bajó el consumo de carne aviar, a medida que la gente se fue cansando de tanto pollo”, cuenta el empresario y agrega.
“Empezamos con 250 madres y hoy tenemos más de 3.000, hemos crecido más de 10 veces. En la empresa familiar -en todas sus unidades de negocios- ocupamos más de 200 trabajadores de los cuales 115 son del frigorífico de cerdos”.
Pese a la coyuntura política y económica el panorama para la industria porcina es positivo: “Argentina tiene mucho para crecer, así como somos muy competitivos para hacer soja y maíz, lo somos con la producción de carnes para introducirnos en el mundo. Hoy tenemos muy pocos mercados abiertos, pero en nuestro caso exportamos a China, Hong Kong y Angola y este año nos autorizaron Singapur aunque por los precios y la situación mundial no pudimos exportar”, aclara el emprendedor.
“Hoy los que estamos desde hace unos años somos los únicos que seguimos creciendo -explica Picat-; hay muy pocos actores nuevos por el capital inicial que se necesita para ingresar al negocio. Pese a la situación actual y la poca exportación, el mercado de consumo interno está bancando la producción porcina”.
La carne de cerdo es magra y está considerada como apta para todo tipo de dietas y su consumo es recomendado por el Instituto Cardiológico.
“Actualmente estamos trabajando en el bienestar animal y hacia abajo de la cadena de producción estamos implementando tecnología que de calidad de vida al animal, cuestión cada vez más exigida por el consumidor”, explica.
Picat se autodefine como polifacético: además de su frigorífico invirtió en una startup de biotecnología, incorporó la tecnología a todos sus negocios, incursionó en tarjetas digitales para el agro, bioplástico y en el ámbito público, en el caso del municipio que dirige como intendente, encara actualmente la digitalización de todos los procesos.
Tu opinión enriquece este artículo: