Los colegios -en general- empiezan a enfrentar lo que en demografía se denomina “peak child” o “niño máximo”, cuando una sociedad llega a su punto más alto de nacimientos y empieza a decaer.
Y los colegios privados -en particular- también sufren la migración entre opciones pagas (generalmente hacia matrículas más económicas) o directamente el regreso de alumnos a la educación pública.
Como explica Carlos Meira, “la Argentina ha experimentado una disminución en la tasa de natalidad en las últimas décadas. Según datos del Banco Mundial, se redujo de 2,7 hijos por mujer en 1980 a 1,7 en 2020”.
En 2023, la matrícula en escuelas privadas de nivel inicial registró una caída de alumnos que -para todo el sistema privado- se compensó con el crecimiento del nivel secundario.
Esta nueva restricción “implica un esfuerzo de marketing mayor por parte de los colegios ya que al haber menos hijos por familia deben “reclutar” a más familias para conseguir la misma cantidad de alumnos y/o de dinero”, desarrolla Carlos Meira, CEO de Meira Productivity.
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¿Qué hacen mal los colegios?
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Hoy pareciera que la tendencia de comunicación de muchas instituciones privadas pasa por “estar en las redes” y no por una estrategia deliberada que sea funcional a sus objetivos de captación. Los colegios ponen el mayor esfuerzo en la comunicación con los padres actuales y no con las potenciales familias que podrían captar.
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Luis Gisbert :
Pregunten en las Escuelas Pias sino hay lista de espera!! y eso que han agregado grados y estan con capacidades extremas por grado