Con cuatro integrantes, y respetando la línea de una ya antigua tradición familiar, la empresa “Salames Gringo Magnotti” hace tres años que nació en Despeñaderos y ya se encuentra en franco crecimiento.
Se dedica a la comercialización de salames y embutidos de producción totalmente artesanal. De hecho, es esta misma forma de producción la característica más propia que presentan ante el mercado, y por la cual son reconocidos.
Es muy común, y a través de la historia se perpetúa aún más, la tradicional “carneada” que se hacía de manera comunitaria en la zona rural. Esto era muy popular allí, tal como cuenta Ana Urban, “se realizaba en invierno, en la casa de una familia”.
“Esta actividad - comenta - demandaba la colaboración de todos los miembros de la familia y de familiares o vecinos que se acercaban a colaborar. Finalmente resultaba en una gran reunión de por lo menos dos días, donde, además de la producción se compartían asados, cantos, juegos, etc. Luego se devolvía el trabajo de la “carneada” a otra familia y para cuando los productos se habían curado, se visitaban a degustar los salames de cada familia”.
La pyme de creciente integración en el mercado regional, se encuentra proveyendo la demanda dentro de la localidad y a quienes estén de paso por la zona. Lo que permite una dinámica de ventas activa, más allá de la temporada en particular. Actualmente produce 4.000 kg de salames, bondiolas, jamón crudo y panceta, entre otros.
“El emprendimiento año a año va creciendo, principalmente la demanda se ve captada por la transmisión de “boca en boca” y las oportunidades que hemos tenido de hacer degustar nuestros productos”, agrega Ana.
La tradición heredada por la pareja de Ana, Marcelo Magnotti, que fue tomada de su padre y, a su vez, de su abuelo, persona responsable del “origen” de la elaboración de sus productos, sigue multiplicándose. Como así también de la receta original de la familia Magnotti que tan bien llegó y se vende al mercado.
El secreto
“La receta original consta de la selección de la mejor materia prima (selección de pulpas de carne) y tocino cortado en dados, todo molido se amasa con los condimentos adecuados, sal, pimienta, nuez moscada y azúcar. Posteriormente se presentó corporación vino hervido con clavo de olor, ajo y canela (todo en porcentajes adecuados a la cantidad de carne que se quiera preparar).
Finalmente a esta masa se la embute en tripas y luego se cuelgan en lugar a temperatura y humedad adecuados para su secado (curado) aproximadamente unos 20 ó 30 días hasta que merma un 40% de su peso original”.
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