El 7 de septiembre de 1934, Helmut Cabjolsky, adquiere las 500 hectáreas de la denominada estancia La Cumbrecita, y desde entonces con el devenir de los años y el surgimiento del pueblo como tal se conmemora el aniversario. Helmut que había llegado a Argentina proveniente de Alemania dos años antes junto a su esposa Hedwig Behrend e hijos Helmut y Klaus daba inicio a esta historia.
En esta oportunidad los días elegidos para la prolongada celebración son el sábado 9 y el domingo 10 de septiembre.
El sábado es el día del desfile y acto protocolar en horas de la mañana, momento en el que se hacen presente todas las instituciones del pueblo, vecinos/ as, y es el momento del discurso de autoridades, homenajes y menciones.
Luego está previsto el almuerzo y la agenda de espectáculos, en el predio del nuevo parque fotovoltaico, que se extenderá hasta más allá de la medianoche.
La Cumbrecita tiene una variopinta presencia de orígenes, cuando Cabjolsky llega a la zona había presencia Criolla y mixturas con Comechingones, el antiguo Maibaum o árbol de mayo que en Alemania significa y celebra la llegada del mes de mayo y consigo la primavera, llegó también a La Cumbrecita en ese trasvasamiento cultural, y en él se identifican las procedencias de quienes habitaban hacia la década del 40 el incipiente pueblo: Bélgica, Francia, Italia, Holanda (hoy Países Bajos), Hungría, Checoslovaquia (hoy dividida en dos: República Checa y República Eslovaca), Dinamarca, España, Austria, Suiza, Alemania y por supuesto Argentina. La grilla artística del día sábado representa en tanto algo de este crisol y actualidad.
El domingo la fiesta continúa pero con otros matices. La agrupación gaucha invita a otras instituciones similares de la región para compartir un día de destrezas, jineteadas y artistas que desde el escenario van regando la cultura folklórica argentina. Se destaca la presencia de Los Quinteros (conjunto local folklórico) y Paquito Ocaño para hacer bailar a los presentes. Son dos jornadas intensas que emulan aquel pasaje de la obra de Gabriel García Márquez que hace relación a los tiempos en que a los vecinos de Macondo les costaba conciliar el sueño, es así, prácticamente no se duerme.
El pueblo estará de fiesta
“El ser cumbrecitano se ha ido construyendo paso a paso en cada día, mes y año, cada cual siente a su manera el grado de pertenencia a este lugar en el mundo. Y si hemos crecido ha sido en comunidad, en conjunto, con los cumbrecitanos adentro, con oportunidades, con movilidad social ascendente. De esto se trata el abrazo cómplice y apretones de manos que nos damos cada año para este tiempo…” destaca un pasaje de una comunicación de la comuna en estos días previos a la gran celebración.
¡Salud! ¡Prosit! por estos 89 años La Cumbrecita.
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