"Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre", esta famosa frase data de más de un siglo de antigüedad, pero hoy en día sigue más vigente que nunca. El valor que otorgan los datos particularmente en el mundo empresarial fue cambiando a lo largo de los años, tomando mayor protagonismo en la actualidad dando fuerza a nuevas metodologías de medición y de toma de decisiones.
La necesidad de encontrar respuestas a una serie de tendencias para mejorar resultados es fundamental para poder seguir adelante en una industria tan competitiva y compleja como es la financiera. En este sentido, el análisis de performance para la toma de decisiones debe basarse en datos concretos y no en la intuición.
De esto deriva el concepto de la cultura “data driven" (impulsado por datos), tomado por muchos como una técnica aplicada o “maneras” de hacer las cosas desde análisis de pequeña a gran escala. Esta mentalidad y manera de hacer las cosas genera nuevas oportunidades y resultados que impactan de manera directa en los negocios.
Como consecuencia de los avances tecnológicos, estamos en mejores condiciones para aprovechar la ventaja que encontramos en el uso adecuado de los datos para tomar decisiones que contribuyan efectivamente a mejorar los resultados. Si bien data driven es un concepto estratégico que se puede aplicar a cualquier negocio, quienes sepan utilizar las tecnologías para el análisis de los datos, podrán tener avances consistentes para personalizar productos, mensajes y todo el flujo de relación con el cliente.
En este marco, las fintech sin duda persiguen un mejor vínculo con sus usuarios como así también mejorar su experiencia en base al producto ofrecido. Entonces, cuando una empresa emplea un enfoque como este, significa que examina y organiza sus datos con el fin de atender mejor a sus clientes y consumidores.
¿Pero para qué sirven los datos?
Para las organizaciones es imperioso tomar decisiones basadas en datos consolidados. Solo así es posible prever escenarios y conseguir buenos resultados, incluso cuando hay una serie de retos a superar. Conocer el perfil de los clientes potenciales, favorecerá el desarrollo de estrategias de acercamiento a la audiencia, conocer cuáles son o pueden ser posibles socios y hasta conocer las características que nos diferencian de la competencia. Experimentar lo suficiente para poder testear, medir, y darnos cuenta si las acciones tuvieron o no efecto, contribuirán a fomentar el trabajo en esta dirección.
Tomar decisiones basadas en suposiciones o intuiciones puede conducirnos a un error. Es por eso que el enfoque basado en datos es una tendencia que cada vez cobra más fuerza, especialmente para las empresas que quieren elegir las decisiones correctas.