Damián Coscia tiene la humildad de los grandes. En una tarde amena de viernes, hizo un resumen de su vida profesional donde le tocó estar al frente de campañas como, “Himno” y “Aliento” para Quilmes y de marcas como Tulipán, C&A y Visa entre otras a principios de los 90. El oriundo de Hurlingham, no se guardó nada, y compartió grandes anécdotas junto a miembros de distintas agencias de la ciudad, y un adelanto de “GNC” su autobiografía.
“Jamás en mi vida pensé que iba a tener las oportunidades que tuve. Cuando era estudiante de publicidad ingresé como trainee en Young & Rubicam y para pagarme el transporte desde Hurlingham a Capital le pedí a mi viejo que me dejara ponerle GNC al auto para convertirlo en taxi y bancarme el gasto que significaba trabajar en la agencia sin cobrar un peso”. Con esta anécdota Coscia abrió las páginas de lo que será su primer libro, y la charla frente a integrantes de agencias locales.
“Di un volantazo en mi carrera, me cansé de la vida corporativa la cual me obligaba a tomar un antiácido por día, y lo peor para un creativo es que cuanto más éxito tenés en ese mundo más te alejas del papel y eso me hizo replantearme las prioridades, sumado a que al día siguiente del triunfo de Trump, me sentí un extranjero y no quería que mis hijos crecieran en ese clima. Fue entonces que con mi familia empezamos de nuevo y nos instalamos en La Cumbre donde ya tengo algunos proyectos y clientes”, contó con entusiasmo.
Su presente lo trae hoy a Córdoba - y parte de su historia profesional también tiene que ver con esta ciudad- ya que la primera oportunidad dentro de Y&R vino por un trabajo para Disco Córdoba, “Me pidieron que hiciera un titular donde se expusiera que se aceptaban Lecor en las cajas, me aislé en un rincón y saqué como 200 titulares ¡una locura! y al final quedó uno que decía; ‘En esta caja además de sumar, restar y multiplicar, entendemos, por eso aceptamos Lecor’, y el cliente lo aprobó. Luego de eso comencé a cobrar un sueldo en la agencia”, expresó.
Otro hito en su carrera fue igualar a la performance que la dupla Agulla y Baccetti habían tenido con el recordado comercial de Quilmes “Futbol”. “Pensamos en un himno, escribimos la letra y la mandamos a agencias de jingles y quedó un sonido que la rompía. En publicidad es así, cuando la idea es, te das cuenta porque no hay medias tintas”.
La repercusión fue tal, que aún conserva el mail donde le contaban que un niño hipoacúsico de San Francisco (Córdoba), le había cantado ese himno a sus compañeros en lenguaje de señas: “esos son los momentos son en los que pienso ¡gracias Dios por dedicarme a esto!”, manifestó.
Estas y tantas otras historias son las que prepara para su libro, “GNC” del que adelantó tiene 30 páginas escritas y del que próximamente tendremos novedades, así como también de las siguientes charlas que la agencia Gurdu planea mensualmente, con el objetivo de compartir experiencias de profesionales de Buenos Aires y la ciudad.
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