Personalmente creo que el New Beetle, lanzado en 1998 como reinterpretación de aquel escarabajo de post guerra, tuvo un acierto estético importante. Fue la mezcla justa de respeto por la historia y modernidad, imprescindible en cualquier desarrollo contemporáneo. Si bien sus ventas no alcanzaron niveles de récord –como el Mini- el resultado estético fue impecable.
Justamente, probablemente por no alcanzar el éxito que esperaba VW (al que está acostumbrado, además), la marca –mega grupo- alemana lanzó la segunda generación del escarabajo, buscando mejorar las ventas en todo el mundo, pero fundamentalmente en Estados Unidos, y que junto a China constituyen la niña mimada para Volkswagen.
Si uno mira el nuevo Beetle, inmediatamente se da cuenta que es un restyling del actual. Pero si comparamos ambos (foto 1), la diferencias son totales. Mantiene el espíritu de familia, pero es otro auto.
Salvo el interior, que también perdió historia pero ganó en calidad y presentación, al que considero adecuado, el auto me deja un ..”no se qué”.
El frente es la parte que mayor fidelidad mantiene con su antecesor. El perfil –muy Porsche- luce deportivo y la cola, creo, es la parte menos personal y más criticable del auto, ni historia ni modernidad, ni lo uno ni lo otro.
El nuevo Beetle llegará al Mercosur y podremos entonces emitir un juicio más exacto, pero a juzgar por las fotos disponibles, y respetando la subjetividad que todos tenemos, el rediseño no me resulta tan atractivo.
Nuevo New Beetle:¿perdió algo de encanto?
El desafío de VW era grande. ¿Cómo renovar el New Beetle, modernizándolo pero sin perder el encanto original?
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