“Los productores de Córdoba se comprometen cada vez más con este desafío de multiplicar acciones y apostar por un modelo cada vez más sostenible”, afirmó el ministro de Agricultura y Ganadería Sergio Busso tras el cierre de la inscripción para la edición 2023 de Buenas Prácticas
Agropecuarias (BPAs).
Por su parte, el director de Desarrollo Agropecuario Sostenible Santiago Dellarossa afirmó: “Estamos orgullosos de que, año a año, más hombres y mujeres se sumen y sigan demostrando el trabajo y el compromiso que hay tranqueras adentro”.
Con números récord, la séptima entrega del programa provincial contó con el envío a revisión de prácticas de 3.602 hombres y mujeres de campo. En cifras, totalizan 11.426 unidades de manejo, que representan 3.000.156 hectáreas y 25.116 prácticas declaradas por los productores,
logrando los mejores guarismos desde la puesta en marcha de la iniciativa, que fue reconocida por Naciones Unidas y obtuvo el Premio CiTA en la categoría Innovación Tecnológica en el rubro “Educación y generación de conocimiento”.
A su vez, el ranking por departamentos está encabezado por San Justo, Presidente Roque Sáenz Peña, Capital, Marcos Juárez y Río Segundo.
Este 2023, una particularidad a destacar fue que la inscripción comenzó en marzo y, a medida que los productores validaban las prácticas, se confeccionaron los expedientes administrativos para que reciban los beneficios de manera rápida. Actualmente, y en un hecho inédito para el programa, el 30 % de los productores que cargaron en 2023 ya percibieron sus incentivos en el mismo año.
Cabe recordar que el programa premia a los productores que hacen bien las cosas, a través de la validación de una serie de técnicas y métodos de trabajo, con eje en el cuidado del ambiente.
Más información
Las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPAs) constituyen un conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas que buscan reducir los riesgos físicos, químicos y biológicos en la producción, procesamiento, almacenamiento y transporte de productos de origen agropecuario.
Están orientadas a asegurar la inocuidad del producto, la protección del ambiente y del personal involucrado, con el fin de propender al desarrollo sostenible.
Las prácticas agropecuarias son de evolución permanente, principalmente en estos últimos años, en donde los avances genéticos y tecnológicos han permitido un crecimiento sustancial en la producción agropecuaria como así también el incremento de las externalidades negativas (agotamiento de suelos, erosión, ascenso de napas, resistencia a plagas, malezas y enfermedades, etc.) que requieren análisis, discusión y nuevos planteos de manejo (BPAs). Por lo tanto, es fundamental entender este programa como un proceso de cambio.
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