Un bar espacioso, con 100 m de costa al lago y una superficie de 3.500 m2, con parking, salón abierto y una ubicación inmejorable, de paso obligado para los que viven o van a dar una vuelta a Carlos Paz, es el lugar del momento, con mobiliario cómodo para quedarse un largo rato y disfrutar del sol, del agua y las sierras.
El negocio familiar es dirigido por los Pérez, padre e hijos, quienes ya cuentan con más de 32 años de experiencia en hotelería y gastronomía, pero ahora traen una nueva propuesta en ese sentido. En este nuevo emprendimiento el protagonista es el bar y la posibilidad de quedarte en el Santa Cecilia Hotel Boutique, que cuenta con 11 habitaciones, todas con somier, TV, A/C, calefacción y frigobar. “Lo que queríamos era cambiar el concepto en cuanto a hotelería, para que la estrella sea el bar y que te de la posibilidad de hospedarte acá”, detalla Mauro.
En esta época del año, antes de la temporada, trabajan con promociones, y una habitación doble con todos los servicios, vista al lago, más desayuno y estacionamiento, ronda los $ 10.000, con prioridad de ingreso a Bravo.
Arquitectura moderna y estética color blanco y arena le dan al sitio un estilo mediterráneo. El lugar ya es un punto de encuentro también para los motociclistas y motoqueros porque tiene a la vista un pequeño estacionamiento para sus vehículos y además ofrece desayunos saludables y portacascos, un valor agregado que hace que lo elijan estos grupos. La infraestructura tiene buena presencia de día y de noche por la iluminación que tiene.
Las refacciones significaron una inversión superior a los US$ 200.000: se hicieron cocina, baño y habitaciones nuevamente. “La idea inicial era abastecer al público local, al turista y también al que navega por el lago, es decir, vos llegás con tu lancha, comprás y seguís tu día en el agua. Y también queremos que la gente que venga a hacer deportes náuticos pueda utilizar las piletas”. Bravo café se abrió en plena pandemia, lo que hizo que el concepto se vaya modificando.
¿Cuál es el diferencial de Bravo? “Sin ningúna duda, es la edificación, la ubicación, la carta de tragos y de comida, siempre enmarcada en el entorno del lago”.
Bravo se inauguró junto con Santa Cecilia Boutique el 10 de febrero de 2020, trabajaron 30 días y tuvieron que cerrar: “Fue durísimo porque como todo negocio uno adquiere compromisos y el presupuesto de gastos nunca coincide con la realidad. Tuvimos ayuda del estado provincial con bonificaciones de EPEC, del Estado Nacional con los REPRO y así llegamos hasta acá porque somos propietarios y no estamos atados a un alquiler. La inversión se hizo en nuestras propias propiedades y eso nos saca la presión extra del alquiler. Pasamos 16 meses muy difíciles, pero salimos adelante” expresa el mayor de los Pérez.
La familia cuenta con vasta experiencia en el sector: tiene 3 hoteles, 2 más aparte de este (Santa Cecilia resort y spa- 120 habitaciones en total), habitaciones con hidromasajes, salón de eventos y piscinas climatizadas. Allí adquirieron experiencia en la gastronomía y si bien esto es un negocio distinto, está dentro del mismo rubro.
Responsabilidad social empresaria
“En Bravo usamos servilletas de papel reciclado, no usamos plástico, por ende, no hay sorbetes para los tragos, todo el vidrio que usamos se recicla, va a un micro emprendimiento que lo convierte en vasos. En el caso del aceite también se reutiliza, va a un tacho para reciclar y una vez a la semana todo el equipo de Bravo sale a limpiar la costa, nuestro sector y más, es nuestro granito de arena. Con el café y otros residuos hacemos compost para las plantas y apenas iniciamos la obra hicimos las cloacas” nos afirma Mauro Pérez cuando le consultamos qué hacían como empresarios en lo que respecta al cuidado del ambiente y la economía circular.
Lo que viene
“Podemos generar un evento en un sector y los del otro sector ni se enteran, por el
tamaño del lugar” afirma el creador del lugar.
De a poco se van activando los eventos en el sector playa, siempre respetando los protocolos. Se
cierra la parte de playa con un servicio distinto y se destina ese sector para eventos particulares
o empresariales, sin que modifique la rutina del bar.
El lugar invita a quedarse y no perderse la “Golden hour” a orillas del lago. Los domingos de
sunset se complementan con un buen servicio y precios similares a los de otras cartas de la villa.
Por el momento hay que ir con tiempo porque generalmente hay cola para entrar. Estar al lado
del lago te transporta a cualquier lugar del mundo y te renueva la energía; y eso hizo que el
público responda frente a la inversión que se hizo.
Tu opinión enriquece este artículo: