La manera de habitar los espacios refleja las tendencias y costumbres del tiempo que nos toca vivir, y en ese sentido las bibliotecas contemporáneas dan cuenta de cómo la tecnología ha revolucionado el concepto del ocio. Hoy los libros son objetos de adorno que a veces van engamados hasta con el color de los sillones, y el mueble que antes alojaba sabios volúmenes y novelas para soñar ahora es una pieza de decoración diseñada ya no tanto en función de la cantidad y tamaño de los ejemplares sino del nuevo tesoro familiar: el plasma y el home video con sonido envolvente. Así estamos.
El hábito perdido de la lectura dejó obsoleto el antiguo cuarto destinado a escritorio, simplificando ese ambiente con una biblioteca importante capaz de definir el carácter de un espacio e integrar el esparcimiento de los habitantes de la casa. Por lo general hoy se conciben de piso a techo y ocupan un muro entero de la vivienda, toman formas desestructuradas y ya casi no se fabrican de madera maciza. Triunfaron los enchapados que, en la mayoría de los casos, procuran un mejor acabado y son más económicos. “He tenido que salir a comprar libros porque a veces los clientes tienen en la mitad del living una biblioteca vacía –comenta la arquitecta Viviana Melamed, que ha hecho del diseño de este mueble su especialidad. “El televisor es amo de la escena, el home es donde sucede la vida familiar, por eso las bibliotecas modernas están trabajadas igual que el resto del espacio. El fondo es vital porque les da entidad y las termina de armar, y la mayoría son confeccionadas con estantes de 18 milimetros, o bien dobles, es decir que resultan estantes de 4 cm. Estos pueden tener ser aéreos, con frentes quebrados, laterales asimétricos, grilla más regular, con sectores cerrados, cajas verticales cortando la habitual horizontalidad, entre otras opciones” agrega.
La incorporación de la luz al diseño ayuda a destacar e identificar los usos. Algunas proponen luces en forma envolvente, desde el fondo, o con tiras de leds, aunque también se usa la luz puntual aplicada mediante artefactos embutidos en los estantes o por fuera. Los materiales van desde maderas nobles (cada vez menos), superficies laqueadas o tapizadas en cuero, paneles de cristal retroiluminados o bien las ya clásicas realizadas con melaminas Touch, de Masisa, que acaba de incorporar a la línea los textiles Tweed y Lino, y los diseños madera que incluye Siberia, Kenia y Toledo exhibidos por estos días en la feria Batimat Expovivienda (ver recuadro). Algunas bibliotecas suman escaleras, un escritorio desmontable o fijo, un rincón para botellas y hasta nichos para exponer la vajilla, evocando al viejo y querido modular donde la señora guardaba la porcelana “fina.” En fin. Los tiempos cambian, y a veces para bien.
Masisa rinde homenaje a Clorindo Testa en Batimat:
Batimat Expovivienda comenzó ayer y se puede visitar hasta el 8 de este mes en el predio de La Rural. Entre lo mucho que hay para ver no se pierdan el stand de 400 mts de la empresa Masisa, en el Pabellón Azul, donde también se expone el auditorio diseñado y materializado por Clorindo Testa junto con Masisa para la reciente feria ArteBA 2013. Los visitantes podrán apreciar la obra del prestigioso arquitecto recientemente fallecido, transitar por su interior e inspirarse con su colorido legado. En este mismo escenario la empresa presentará en sociedad cinco nuevos diseños de melaminas que amplían la línea Touch, compuesta por 12 propuestas y que se distingue por la textura que imita la veta natural de la madera y la trama de distintos tejidos.
Batimat
Estudio Viviana Relamed
Masisa
(Foto Biblioteca Masisa) Colores primarios, nichos cerrados y espacios para guardar, Masisa.
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