Como su nombre la define, esta serie apunta al primer producto de joyería que tendrá el niño: los aritos de recién nacido, el anillo con sus iniciales, la crucecita de bautismo o el primer rosario de comunión.
Toda la colección rescata la pureza y sencillez que puede tener una joya infantil con la posibilidad de grabar la misma ya que es un producto eterno y lleno de historia.
“Creamos esta sección pensando en la inocencia y delicadeza de los niños, teniendo en cuenta que son tesoros que guardarán para toda su vida con mucho cariño de quien se los obsequió” remarca Pedro Vainer, director de Bristol Joya.
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