Con un total de 1.710 clientes, Closing Bell es una empresa dedicada a asesorar y gestionar inversiones personalizadas, ayudando a las personas a alcanzar objetivos financieros. Fundada en 2020, cuenta con la aprobación de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y ofrece carteras administradas adaptadas a las necesidades y metas de cada cliente. Además, promueve la educación financiera y brinda herramientas para facilitar el acceso al mercado de capitales.
“Actualmente, Closing Bell cuenta con un equipo de nueve personas, entre las que se encuentra mi esposa y socia, Georgina. Ella aporta una gran experiencia como contadora y data scientist. Juntos hemos construido un espacio donde priorizamos la personalización y el acompañamiento a cada cliente en su camino financiero”, expresa Matías.
Matías Daghero, socio y fundador de Closing Bell.
En un contexto económico desafiante, aprender a manejar nuestras finanzas y planificar el futuro es fundamental. Matías, uno de los responsables de Closing Bell, nos comparte su experiencia y consejos sobre cómo invertir inteligentemente, desde armar un fondo de emergencia hasta explorar opciones como la bolsa o las criptomonedas. Closing Bell opera con oficinas al público en Roque Funes 1704.
-InfoNegocios: ¿Podés contarme un poco qué hacen y cuándo comenzaron?
Matías Daghero: Claro, por supuesto. Closing Bell como tal obtuvo la aprobación de la CNV en agosto de 2020. Antes de eso, yo era productor bursátil desde 2017. Nos dedicamos a ayudar a personas a alcanzar objetivos financieros como comprar una casa, planificar su jubilación o realizar un viaje. Ofrecemos un servicio personalizado, principalmente a través de carteras administradas adaptadas a los objetivos de cada cliente.
-IN: ¿Y cómo es el proceso si alguien quiere empezar con ustedes?
MD: El proceso comienza con un formulario de autodiagnóstico. Ahí preguntamos para qué quieren invertir, por cuánto tiempo y con qué capital cuentan. Luego, cumplimos con los requisitos normativos como verificación de identidad y justificación del origen de los fondos. Finalmente, coordinamos una llamada con un asesor financiero para definir los objetivos y diseñar una cartera de inversión adaptada.
-IN: Mencionaste que ayudan a planificar objetivos como comprar una casa. ¿Cuáles son las metas más comunes entre sus clientes?
MD: El objetivo más frecuente, especialmente para quienes empiezan, es conformar un fondo de emergencia equivalente a 3 o 6 meses de gastos. Luego, muchos buscan ahorrar para su casa propia. También nos consultan sobre la planificación para la jubilación, algo que en Argentina es crucial dado que las pensiones suelen ser insuficientes para mantener el nivel de vida.
-IN: Hoy en día, ¿qué recomendarías como mejor inversión, inmuebles o acciones?
MD: Depende del perfil de riesgo y el horizonte de tiempo. Los inmuebles son más conservadores y actualmente rinden entre 2,5% y 3% anual en dólares. En cambio, la bolsa tiene mayor riesgo, pero su rendimiento histórico en el mercado norteamericano está entre 9% y 11% anual en dólares. Para quien busca máxima rentabilidad, un negocio propio puede ser una opción, aunque también implica mayores riesgos.
-IN: ¿Y qué opinas sobre el dólar como inversión?
MD: Comprar dólares en Argentina es más un mecanismo de ahorro que una inversión, ya que no genera rendimiento. En 2023, por ejemplo, el dólar subió un 14%, pero la inflación fue cercana al 114%, lo que implicó una pérdida de poder adquisitivo.
-IN: Hablando de inversiones más especulativas, ¿qué opinas de las criptomonedas?
MD: Son para perfiles muy agresivos. Pueden formar parte de una cartera diversificada, pero con porcentajes bajos: entre 2% y 10%, dependiendo del perfil del inversor. El principal riesgo con las criptomonedas no es solo su volatilidad, sino también la seguridad de los exchanges, donde en algunos casos los fondos desaparecieron.
-IN: ¿Por qué eligieron el nombre "Closing Bell"?
MD: Proviene de la apertura y cierre del mercado norteamericano, simbolizado por la campana. También representa la aspiración de una empresa a cotizar en bolsa y tocar esa campana, algo que refleja el éxito en el mundo financiero.
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