En efecto, tras conocerse esta nueva norma, resulta que las principales entidades bancarias y de financiamiento tendrían pensado elevar las exigencias de acceso al crédito y si ello fuera así, el impacto esperado sobre el economía podría ser exactamente el contrario de lo planificado por el
BCRA y por el Gobierno nacional.
De hecho, si las entidades bancarias y financieras elevan las exigencias para acceder al crédito y a la financiación, entonces ello impactaría principalmente sobre las clases sociales medias-bajas, una vez más se recortarían las ventas de cuotas con tarjetas de crédito, habrá menos posibilidades que este segmento de la población acceda al crédito y lamentablemente ello seguirá impactando sobre un freno en la economía.
Sin embargo, no todo terminaría allí, ya que un impacto bajista en las tasas podría una vez más incentivar el acceso de la franja media-alta de la población, que tiene mayor poder de ahorro, al mercado de dólar paralelo para buscar cobertura de los pesos excedentes.
Por todo lo comentado, como es habitual, el impacto en las acciones bancarias no tardó en materializarse ya que en las últimas jornadas han tenido un fuerte revés en sus cotizaciones.
Si bien la fiesta del Mundial nos tiene a todos algo entretenidos, desde lo económico estamos en puertas de ingresar al segundo semestre del año 2014 y las incógnitas sobre lo que pueda pasar con el dólar, con las tasas, con la inflación, con el consumo y por ende, con el trabajo, se hacen cada vez más difícil de responderse.
No es mi ánimo el querer arruinarles el fin de semana, pero ante tantos frentes, es necesario que la distracción mundialista no nos deje mal parados financiera y económicamente, en vista al segundo semestre del año.
¡Buen descanso!
Contentos con el arranque del Mundial, pero…¿qué sigue en la economía?
(Por Rubén J. Ullúa – Analista de Mercados Financieros – www.rubenjullua.com) El martes se conoció una circular del Banco Central que pone tope a las tasas que cobran los bancos para los préstamos personales, préstamos prendarios e indirectamente a las tarjetas de crédito. Si bien se entiende que esta decisión busca estimular el acceso al crédito y así incrementar el consumo y darle mayor movilidad a la economía, parece ser que el impacto puede ser justamente el contrario.
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