El espacio dedicado al paisajismo de Aysa fue galardonado con el premio al color de Alba por el uso del color en espacios al exterior.
El protagonista del paisaje es el color y no las plantas como se esperaría de un jardín. Y aquí se encuentra el ingenio de las diseñadoras que crearon distintos sectores diferenciados gracias a los límites impuestos por los contrastes de pantones.
Así, utilizaron látex acrílico Duralba y la empresa explicó por qué la implementación de cada uno en qué lugar:
El rojo (tono oriental increíble): remite a la pasión, el amor, materializado desde el paisaje a través de rosales en macetas.
El amarillo (tono luces teatrales): emula la alegría, la felicidad, la juventud, representada en columnas de flores y esferas.
El violeta (tono victoria): representa la sabiduría, la magia y la creatividad, representado en cascabeles entrelazados.
El celeste (tono blues): juega una suerte de cielo, pureza y divinidad, nubes de algodón y flores blancas.
El naranja (tono bronce pulido): remite a la atracción, la vitalidad y se relaciona con los cítricos y los alimentos.
El azul (tono reino): emula al poder, la frescura, la confianza, también representa el mar... por eso la implementación de los barquitos.
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