El Alma Zen hoy ya es una pastelería consolidada. Los resultados de crecimiento se pueden ver en la ampliación de metros cuadrados y variedad de productos. Empezó como take away, luego como una tienda y ahora el Petit café.
“Cuando viajé a Ecuador, comencé a hacer pastelería, buscar algún producto que no existiera, a jugar, a investigar con los sabores, me quedé cinco años, y luego volví y me instalé en Córdoba. Empecé vendiendo a conocidos y en tres años nació el proyecto de esta galería, quería una nueva estética con una propuesta que te invitara a algo más que venir a comprar una torta de cumple”, recuerda Tuni.
Todo empezó en el año 2017. “Comenzamos con las dripcakes y los macarons, la marca se fue haciendo conocida con estos dos productos súper distinguidos, valorados y resaltaron”, apunta Tuni. “Todo está hecho por nosotros: escabeche, aceitunas saborizadas, horneado en el momento. Respetamos la fruta de estación para la decoración de los productos, las medialunas están amasadas a palote, a pura manteca 100%, trato de ir rotando por lo menos cada 15 días o una vez al mes sumando alguna torta, como un especial de fin de semana”.
La pandemia como crecimiento
El año 2020 fue particular, sin embargo, El alma Zen, apostó al delivery para crecer. Aprovechando que los clientes no se podían ver por el confinamiento, se compraba para regalar: tortas, budines y otros productos de elaboración propia. “Un producto fuerte que usamos mucho fue el desayuno sorpresa, y en la pandemia fue un éxito, hacíamos más de 30 desayunos por día, y gracias a eso abrimos el petit el 13 de diciembre de 2020”, declara Gómez Jensen.
Con solo la idea de unas pocas mesas, en el Petit café de El Alma Zen se pueden comer los productos que tenés a la vista, acompañarlo con naranjadas y limonadas. Se puede disfrutar de 9 a 21 hs.
Llegar al público objetivo
La mirada no está puesta en las franquicias: “Las franquicias llevarían a los productos a lo industrial y mataría el concepto que vengo creando”, aclara Tuni y sigue: “Sí me gustaría pensar en más locales, por ejemplo, en zona norte donde tengo muchos clientes”.
En promedio desde su inauguración en 2017 hasta este año la venta fue creciendo: específicamente la pastelería un 100%. Allí su producto estrella de tendencia australiana y pionera en Córdoba: las Drip cakes como diferenciador (son tortas altas cilíndricas cubiertas con buttercream). Los productos que más se venden son los alfajores de almendra y dulce de leche a $ 500, la carrot cake y la Pavlova. Se puede elegir también Lemon pie a $ 1.100, carrot cake a $ 850, budín de limón y amapolas a $ 850, macarons Box Petit de 8 unidades a $ 1.100.
Los productos están realizados con materia prima de primera calidad, acentuando detalles, una verdadera petit boutique.
La historia del nombre
“Pensé qué nombre quería ponerle a la pastelería local, quería utilizar el horno de barro, mi mayor inspiración era volver al comienzo de todo, la raíz, lo natural, casero, clásico. Me fui hacia el concepto que existe en los negocios de ramos generales, en los almacenes donde comprabas harina por peso, las galletitas caseras; de ahí pensé en “El almacén” de ramos generales, pero surgió un problema: resulta que estando en Ecuador, la gente no entendía por qué le había puesto el almacén porque ese nombre en ese país significa lugar donde venden telas. Enterándome me divirtió el El alma Zen. terminó siendo un concepto más profundo, resonó porque significa estar aquí y ahora, el disfrutar el acá, estar presente, el alma de lo que estamos haciendo”, culmina Tuni.
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