Entre las alternativas de cabinas estándar y las fabricadas a medida hay un par de diferencias: primero el vidrio templado de seguridad en las primeras es de 6mm, mientras que en las segundas puede ser de hasta 8mm porque depende de las dimensiones que se manejen y el diseño.
En las convencionales, la firma Aloha, de Jacuzzi ofrece de forma cuadrada en dos medidas 80 x 80x200 o de 90 x 90x200; y curvas de un solo tamaño 90 x 90x200. En las personalizadas se trabaja sobre el receptáculo preexistente o en el borde de la bañera, es decir que el plato out.
Las cabinas están formadas por mamparas con perfil de cromo o blanco de aluminio. Hay modelos que usan puertas rebatibles, otros deslizables, y otros que sólo incorporan un paño fijo sostenido por brazos amurados a la pared.
El plato (base con desagüe) es de acrílico blanco con una superficie rugosa que evita resbalar. Glassic ofrece interesantes trabajos a medida aunque también lo hacen las vidrierías que trabajan con herrajes de acero y logran diseños glamorosos.
Hay accesorios como el toallero simple o barral, y estantes que funcionalizan la cabina.
Los precios de las cabinas estándar oscilan entre $2.800 y $3.000 de acuerdo a los datos de Vanguardia, de Savino & Asociados (av. Sabattini 2300) en Córdoba.
Haciéndolo en la ducha
(Por Andrea Soria) Las opciones para delimitar la ducha resultan una solución interesante para actualizar el baño. Las más sencillas son las cabinas para ducha, el combo incluye el cerramiento que son las mamparas de vidrio templado, y el plato para el desagüe. Predominan las cuadradas o curvas, aunque hay infinidad de formas y combinaciones de materiales, incluso se hacen a medida. Resultan en extremo funcionales, después del baño no hay que secar el piso ni los artefactos, y eso ahorra tiempo.
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