Mona Curvas nació específicamente por una necesidad y a modo de sanar heridas. Silvina Farias, su dueña, fue la propulsora de la ley de talles luego de realizar un desfile de talles grandes en el Cabildo de Córdoba. “Siempre me pasó estar fuera de la hegemonía y la norma y me empecé a dar cuenta que mucha gente pasaba por lo mismo”, indica.
Silvina es oriunda de Villa Dolores, militante y con extensa formación en el tema, comenzó a vender indumentaria de talles grandes en su casa. “Compraba ropa en Buenos Aires y buscaba lo mejor, le pedía a los fabricantes lo más lindo, algo que le guste a una mujer grande y a alguien adolescente”, expresa. Fue tal la concurrencia que empezó a viajar a otros puntos del país con el showroom a cuestas.
“Siempre entendí la falta de oferta, pero nunca el nivel de demanda. Porque es un público que no demanda abiertamente, siempre la responsabilidad es nuestra. Vos no podés medir o pesar eso, no tenés derecho a exigir, vos te tenés que adaptar a lo que hay. Es un público castigado, silencioso, que nunca se animó a reclamar. Uno se tiene que adaptar a la moda y no la moda a nosotros”, explicó Silvina.
Llegar a Córdoba fue un punto de inflexión para Silvina. Los showrooms se llenaban de gente, requerían más días y más espacio para tanta cantidad. “El secreto es que eran una fiesta. La energía, la alegría, había confianza y comodidad. Y ese fue nuestro distintivo siempre”, comenta. No le quedó otra que contratar una socia, empleadas y mudarse a un local. Así marcaron un hito en Bv. Illia 362 (con el sector “Monos”, para hombres).
Luego llegó el segundo hijo en zona norte. Con un rebranding de la marca abrieron en el Paseo Lugones para ofrecer una propuesta innovadora.
Y, como no hay dos sin tres, con una inversión de más de 13 millones decidieron dar el paso más importante: llegar a un shopping a mostrar algo disruptivo. No hay ningún local que se especialice hasta el talle 64 en un centro comercial del país. Y eligieron el Paseo del Jockey para desembarcar. “Se mostraron súper interesados con la propuesta y fueron pioneros. Que Mona esté al lado de otras marcas de renombre nos llena de orgullo”, expresó Silvina.
Otro fuerte que impuso Mona Curvas es su página web y redes sociales, que le permitió a clientas de distintas localidades adquirir prendas a distancia.
La propuesta de Mona es el amor. “Nada se construye desde el odio y el desprecio. Es vestirte como quieras, con tu versión y ser fiel a vos misma. Somos una comunidad muy pura, hay fidelidad. Buscamos que todos puedan hacer una experiencia de shopping, sin importar el físico”, agrega la dueña.
Los locales de Mona Curvas son toda una experiencia en sí, sus luces de colores y neón, ropa de tendencia, sumado a la energía y a la capacitación que tienen las vendedoras que saben cómo tratar y atender al público, brindando seguridad y cuidado.
Los proyectos de expansión no terminan ahí y desde Mona ya planean abarcar no solo indumentaria sino recrear el concepto de “Monas Brides” (vestidos de novias para casamiento) y Monas Servicios, con fines estéticos y bienestar.
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