Esta startup nació en 2017 de la mano de cuatro desarrollos vinculados a la tecnología y la salud. Fue fundada por Diego Beltramone, director de la Escuela de Ingeniería Biomédica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (UNC) y Hugo Díaz Fajreldines, director del Departamento de Investigaciones Biomédicas del Instituto Privado de Neurociencias (IPNC) de la UNC.
Si bien se desconoce el origen de la migraña, se sabe mucho acerca del mecanismo fisiopatológico que la produce, es decir, cómo es el circuito de alteración que ocasiona la enfermedad.
“El proceso comienza a nivel de las terminales del nervio trigémino, que lleva la sensibilidad de la mitad de la cara para cada lado y es uno de los pares craneales: ingresa al cerebro y va directamente a la estructura del tronco encefálico. A partir de ahí se desencadenan mecanismos que provocan el dolor de cabeza”, explica Hugo Díaz Fajreldines, uno de los fundadores de Dines, empresa incubada en la UNC.
El principio en el que se basa Viex Tens –como fue denominada la gorra para tratar la migraña– fue descubierto por dos médicos de renombre internacional, a mediados de la década del '60. Ronald Melzack y Patrick Wall probaron que estimulando ciertas áreas nerviosas era posible inhibir el dolor.
A partir de ese dato, Viex Tens lleva una serie de electroestimuladores ubicados justo a la altura de las terminales del nervio trigémino en la frente de la persona, sobre las cejas. Funciona generando tenues estímulos eléctricos sobre la piel, de manera de inyectar microelectricidad en el nervio trigémino. El resultado es una disminución del dolor.
"Hasta ahora, las pruebas muestran que un dispositivo de este tipo puede reducir hasta un 75% el nivel de dolor y, con ello, el consumo de fármacos. Genera alivio especialmente en personas que no pueden recibir medicación especial, como mujeres embarazadas. Además, la estimulación eléctrica es casi imperceptible, como un cosquilleo. Algunas personas no sienten nada y es realmente efectivo”, advierten desde el equipo de investigación.
Para quienes sufren migraña, la recomendación es usar la gorra (o vincha) 30 minutos, una o dos veces al día, para prevenir el uso de medicamentos.
Por ahora, Dines cuenta solo con un prototipo de Viex Tens. Pero a fines de marzo, recibió un premio otorgado por el Programa InnovACba, de la provincia de Córdoba.
Según adelantan desde el equipo de trabajo, ese financiamiento servirá como puntapié inicial para impulsar su desarrollo junto con Feas Electrónica, una empresa dedicada a la fabricación, alquiler y venta de equipamiento médico. Esa firma es la contraparte y destinataria de la solución ideada por la empresa incubada.
Un abanico de soluciones tecnológicas
En paralelo a la vincha o gorra, Dines trabaja en otros tres proyectos que buscan facilitar los procesos de diagnóstico y tratamiento de diversas patologías.
El primero de ellos es Actios, un actígrafo digital. Se trata de un dispositivo similar a un reloj de pulsera, equipado con un monitor sensible al movimiento y una minicomputadora que registra cualquier actividad motriz de la persona mientras duerme.
Fue ideado para detectar y diagnosticar trastornos del sueño, como insomnio, síndrome de piernas inquietas o narcolepsia, una patología por la cual quien la padece se duerme abruptamente en cualquier momento del día. Actios sirve, también, para monitorear tratamientos de apneas del sueño, Parkinson o enfermedades vinculadas a movimientos involuntarios.
El segundo aparato es BioSignals. “Es una ayuda tecnológica para el tratamiento de problemas del área psicológica y las neurociencias, como ansiedad, fobias, estrés, dolor, dificultades para dormir y déficit atencional” explica Jimena Martínez y Atanes Chemes, integrante de Dines.
¿En qué consiste? Es un instrumento que permite medir distintas respuestas o señales bioeléctricas del organismo, como la frecuencia cardíaca, la respiración o la temperatura de la piel. Cuando hay desregulación –como ocurre en situaciones de ansiedad, crisis de pánico, estrés–, generalmente esas respuestas aparecen de manera intensa, generando malestar y temor.
El último dispositivo es el Tens Vagal, que posee electroestimuladores, pero que en este caso actúan sobre el nervio vago, para el tratamiento de depresión y epilepsia.
“La depresión es un trastorno funcional en el cerebro. Normalmente el cerebro funciona con un equilibrio dinámico entre neurotransmisores: los más importantes son la serotonina, la dopamina, la epinefrina y la noradrenalina. Cuando se sufre un trastorno, ese equilibrio dinámico se altera y provoca la depresión”, explica Díaz Fajreldines.
Recientemente se descubrió que en la cavidad de la oreja existen miles de terminales del nervio vago bajo la piel. “Los estímulos que recibe este nervio llegan directamente a un núcleo del tracto solitario, y cuando esto ocurre, la célula de ese núcleo produce una explosión de esos neurotransmisores que están alterados en la depresión y la persona mejora”, describe Díaz Fajreldines.
Por esa razón, los electroestimuladores de Tens Vagal se colocan en la cavidad de la oreja. Beltramone aclara que, de todos los desarrollos de Dines, este es el que se encuentra en la fase más temprana, porque requiere de mucha investigación médica. Finalizada esa instancia, luego vendrá la validación ante los organismos pertinentes.
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