Cuidarse y cuidar nuestro entorno, ya es un hecho. “Pienso y luego consumo”, es una de las frases que Alejandra Agusti mencionó al referirse a la marca. Primero se pensó como un negocio de alimentos veganos, difíciles de conseguir en el interior de la provincia, que es donde están dos de los puntos de producción. Alejandra, una de las emprendedoras nos cuenta: “La propuesta fue cambiando, porque vemos el veganismo más allá de la alimentación. Todo tiene remplazo, la mayoria de los productos convencionales que existe en una góndola de supermercado se pueden reemplazar por uno ecovegan, sin crueldad animal y sustentable. De esta manera, ayudás y te ayudás, te cuidás y cuidás al medio ambiente”.
Los productos
De cuidados corporales a esmaltes semilla, artículos de eco cocina a bálsamos labiales, Alma Vegana nació en los primeros meses de confinamientos del año 2020, comenzando con su producto estrella más novedoso: el shampoo y acondicionador sólido: son pastillas biodegradables, sin envases plásticos. Además no tienen parabenos, sulfatos ni siliconas, por lo que no solo reducen el impacto ambiental, sino que también cuidan tu cuero cabelludo.
Algunos productos que se ofrecen, como las velas de cera de soja, jabones artesanales, shampoo sólido, están hechos en el interior de la provincia, más específicamente en Inriville y conectan directamente con lo natural, donde vive Emilia Agusti, quien además de producir algunos de estos, hace un puente con emprendedoras de la zona, tejedoras y artesanas.
Otros productos: disco desmaquillantes $100 y eco bolsa para las compras a granel $ 960, tejidos al crochet, en algodón orgánico, hechos a mano. Un trabajo 100% artesanal.
Alejandra cuenta: “El objetivo es acercar a los pueblos lo que se encuentra fácilmente en las capitales y a la ciudad lo que se produce en el pueblo. Cada compra que hacemos es un voto por el planeta en el que queremos vivir. ¿Cómo esto impacta en mi salud y en mi entorno ecológico y económico?”.
Además, Alma Vegana es una tienda que alberga a emprendedoras y marcas del estilo vegano; locales, nacionales e importados, como Lo mejor para vos de Inriville (cosmética natural), Groen de Córdoba capital (detergentes sólidos), Buenos muchachos de Córdoba Capital (jaboneras kiri), Rustika cerámica de San Antonio de Arredondo (jaboneras de cerámica artesanal), Mies de Buenos Aires (cosmética gourmet), Meraki sustentable de Buenos Aires, Meta de Córdoba Capital (peines de madera). Internacionales como Natura Sibérica, SriSri y propios de Alma Vegana: ofreciendo velas de soja biodegradables a $ 400, bolsas para compras a granel confeccionadas en tela recuperada, jabones, sales de baño, agua de rosas.
En cuanto a los precios el shampoo va de $ 780 y el acondicionador $ 820. Lo más costoso es la botella reutilizable Meraki, de acero inoxidable, con tapa de caña de bambú. El rango de precios, es bastante amplio: va de $ 100 (toallitas desmaquillantes) a $ 3.800
Desmitificar a los productos veganos
Alejandra Agusti, una de las fundadoras de la marca continúa: “Primero hay que informarse. La desinformación nos hace decir cualquier cosa, segundo dejar de tener prejuicios. Todos nuestros productos ayudan al planeta y son saludables para nuestro cuerpo. El desodorante en pasta por ejemplo no tiene aluminio, triclosan, ni parabenos, que son químicos muy abrasivos para nuestras axilas. El detergente en pastilla que vendemos no tiene derivados del petróleo en su composición, lo cual no perjudica el bioma de nuestras aguas y deja nuestras manos muy suaves”.
¿Un negocio estacional o de todo el año?
Alejandra nos cuenta: “En las fiestas especiales como día de la madre o ahora en Navidad, siempre se vende más, tenemos productos nuevos para armar combos sustentables que van de rasuradora eco, cepillos con cerdas vegetales de pitta, jaboneras artesanales de madera kiri y de cerámica, esponjas luffa para reemplazar la esponja tradicional que libera micro plástico cada vez que la usamos. Todo lo que sea serum faciales y cosmética vegana, se está vendiendo muchísimo”.
“Por ahora no estamos pensando en franquicias, somos una empresa que creció de a poco y a pulmón. Comenzamos vendiendo a pedido, siendo los primeros artículos demoraron por la pandemia, la gente nos esperó como 60 días y confiaron mucho, ¡Nuestro público es muy amoroso! Estamos avanzando; a futuro nos gustaría tener una tienda física y seguir sumando emprendedores a nuestra familia”, concluye Alejandra Agusti.
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