La industria del fitness ha demostrado una gran resiliencia ante escenarios de crisis, según un reporte reciente de Mercado Fitness, la comunidad de negocios, educación, noticias y networking del sector de clubes deportivos, gimnasios y estudios.
El sueño de gran parte de los profesionales del fitness y la educación física es establecer su propio gimnasio, ya sea tradicional o dedicado a algún entrenamiento en particular. Como todo negocio, implica un conocimiento exhaustivo del mercado y planificación consciente para diferenciarse de la oferta y lograr la rentabilidad.
“La ubicación lo es todo en un gimnasio”, expresa Alejandro Ruiz, consultor y empresario disertante de Mercado Fitness 2024. Según expresa el consultor, el cliente busca proximidad y comodidad, por lo que se recomienda elegir un lugar de fácil acceso, de cara al exterior y con cierta densidad de población, idealmente una calle con mucho tráfico de peatones y que sea visible desde los vehículos.
En 7 de cada 10 casos el inmueble en el que se monta el gimnasio es alquilado y el costo va, por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires, entre 6 y 10 dólares por metro cuadrado. En Argentina, casi la mitad de los gimnasios están entre los 100 y los 400 m² y cerca de un 20% están entre 400 y 700 m².
Por su parte Raúl Wainraich, director comercial de Megatlon, analiza: “Los locales con menor valor de inversión cobran más alquiler. El desafío es encontrar locales de bajo valor locativo, con la cantidad de metros que necesitamos y al ser un lugar de destino donde la gente nos va a buscar, de repente no necesitamos estar sobre una avenida con 20 metros de fachada”.
Por otro lado, al encontrar “el local ideal”, es importante considerar la obra de adecuación que se necesita hacer, en particular, en baños y vestuarios que significan gran parte de la misma. Hasta un 50% del presupuesto se destina a equipamientos/materiales y la otra mitad a las reformas. “Establece en tu business plan el tope máximo que puedes pagar, teniendo en cuenta el importe de tu membresía y el número máximo de clientes que puedes asumir”, aconseja Alejandro. Según el modelo de negocio, el retorno de la inversión suele estar entre los 24 y 48 meses.
Quienes asisten a un gimnasio buscan realizar una actividad y a su vez calidad de vida. Por eso, el precio de la membresía pasa a un segundo plano para un usuario satisfecho. Para Julián Rud, consultor psicológico y director creativo de Fitcode, “la diferenciación viene de la autenticidad y la conexión emocional. Dejar de intentar ser el mejor gimnasio y enfocarse en ser el lugar favorito de los clientes”. Rud sugiere enfocarse en las necesidades del cliente y “ofrecer servicios que abarquen todos los aspectos del bienestar, como asesoramiento nutricional, programas de salud mental, clases de meditación y mindfulness”.
Para un modelo de gimnasio tradicional la recomendación es que haya por lo menos una máquina para cada grupo muscular. “Según el espacio se pueden duplicar, triplicar o agregar otras máquinas para el mismo grupo muscular, desde otro ámbito, o sumar máquinas multi-musculares. Con quince equipos, entre bancos y máquinas, se puede empezar un gimnasio mínimo desde 100 metros cuadrados”, agrega Ariel Osso, presidente de Sonnos S.A, fabricante nacional de equipamientos de musculación.
“Hay dos estrategias: mucha variedad de máquinas para cada grupo muscular, o varias duplicadas para los músculos más importantes. Para gimnasios con espacio limitado, la mejor estrategia es la segunda, que reduce los tiempos de espera en cada serie y el resto de los ejercicios se pueden hacer con peso libre y mancuernas”, explica Charly Chagas, director de Fitness Emporium, importadora de equipamientos para gimnasios.
Considerando los accesorios y las máquinas, un gimnasio tradicional de 200 m 2 puede equiparse con maquinarias nacionales con un presupuesto de entre 30.000 y 35.000 dólares. Con maquinarias importadas, la inversión puede ir desde 90.000 dólares en 200 m², hasta 130.000 para 400 m².
Mercado Fitness encuestó a 3.080 usuarios de gimnasios de todo el país y como opinión generalizada es que la musculación sigue siendo la actividad preferida de quienes asisten a un gimnasio.
“El top 5 de máquinas de musculación que no puede faltar en un gimnasio es: cuádriceps, isquio, dorsalera, press de pecho y dual pulley. A la hora de elegir el proveedor, es importante considerar la durabilidad de las máquinas, que idealmente debe ser de entre 6 a 10 años, y que tenga un buen servicio postventa, de armado y de entrega”, finaliza Chagas.
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