Están aquellos concebidos como piezas ornamentales cuyo propósito es divertir y sorprender al cliente. Los bolígrafos -gracias a su morfología original- pueden adoptar la forma de otros objetos de tamaños similares como por ejemplo lapiceras que simulan ser cigarrillos, cerillos, baquetas y otros más originales como jeringas, píldoras o incluso llaves de autos. El componente lúdico se encuentra justamente en descubrir cómo escribir con estas piezas y jugar con él.
En tanto, el bolígrafo también comenzó a hacer algo más que escribir. Las variantes de estos objetos con pen drive, linternas o incluso punteros láser invadieron el mercado. Siguiendo el principio de las Victorinox, las lapiceras vienen acompañadas de otras herramientas en su cuerpo.
Finalmente, con el desarrollo tecnológico encontramos en el mercado –en tiendas online específicamente- modelos de lapiceras como el de Jinsu Park, un coreano que hizo un bolígrado que se pigmenta con frutas o verduras e imita el color. Con un sensor RGB se capta el tono y se plasma en el papel (ver foto en galería).
Queridos diseñadores: ¡amamos sus lapiceras!
Los “apropiadores” de bolígrafos o lápiz que siempre se olvidan de devolvértelos ahora no tendrán excusas para regresarte lo que te pertenece. El mercado cordobés y online cuenta con un sinnúmero de modelos de lápices y lapiceras para cada gusto y necesidad.
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