El mítico bicampeón mundial de pesos pesados no se quiere rendir. A poco de cumplir 54 años, comenzó a prepararse para volver a pelear y sus cambios físicos son notorios.
Se conoció que para “ponerse en forma” además de cambiar su dieta e incrementar su entrenamiento, Mike Tyson inició un tratamiento con células madres.
Según una empresa local referente en el trabajo de células madres el boxeador se sometió a dos tratamientos: uno regenerativo y otro antiage.
Como explica Matías Fernandez Viña, director latinoamericano del American College of Regenerative Medicine (ACRM) y jefe de Laboratorio de Terapias Avanzadas y Medicina Regenerativa de Clínica San Nicolás, en estos tratamientos se utilizan células mesenquimales que tienen efectos regenerativos, que se extraen de la grasa corporal, de la médula ósea y del cordón umbilical de los recién nacidos.
“Cuando se aplica en una articulación, como un hombro o en una rodilla, se busca que pueda activar otras células mesenquimales residentes y que promueva el crecimiento de cartílago. Eso se logra y funciona muy bien. En promedio mejora la calidad de vida en un 50%. Se aplica en la mayoría de los deportistas”, explica Fernández Viña.
Tanto este tratamiento como el antiage se realizan en Argentina e incluso en Córdoba. El médico Wadiz Kallas lo aplica en Körper Clínica Privada (Marcelo T. de Alvear 68).
¿En qué consiste el tratamiento antiage? Kallas señala que observa que el paciente tenga grasa (ya que las células se extraen del tejido adiposo) y solicita un examen de laboratorio para el prequirúrgico, porque la extracción de células se realiza con anestesia local. Una vez que se obtiene la grasa (aproximadamente entre 60 y 100 cc) se aplica un proceso de separación de la grasa y las células madres durante tres horas. Luego, estas células se diluyen con plasma rico en plaquetas y una parte de esa solución se aplica en el rostro y el resto se inyecta vía endovenosa.
“Las células madres tienen la capacidad para reconocer lesiones. Entonces van a viajar por organismo y van a encontrar y mejorar esas lesiones internas”, describe Kallas.
El tratamiento dura aproximadamente 3 horas. Cualquiera de los tratamientos puede costar entre US$ 1.000 y US$ 3.000 dependiendo la zona de aplicación. Es costoso pero está lejos de los US$ 5.000 o US$ 25.000 que -se dice- pagó Tyson.
Ambos profesionales destacan su aplicación en lesiones deportivas o articulares por desgaste, incluso en enfermedades como la artrosis. Su efecto antiage tiene muy buenos resultados sobre la piel y la sangre pero no está demostrado que “frene el avance de la edad”.
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