“Nuestra misión es recuperar descartes textiles, resignificando su valor al reinsertarlos en la cadena productiva. Articulamos con diversos emprendimientos y empresas que buscan reducir el impacto que genera su producción, sumándose a la causa basura cero”, explica Margarita “Maga” Nicora creadora de Raüni Sustentable.
Se trata de un proyecto de triple impacto, porque en lo económico aprovechan los recursos disponibles, aplicando las 3 R (Reducir, Reutilizar y Reciclar), produciendo productos con propósito que comercializan de forma sostenible.
“En lo social articulamos nuestra labor con Talleres Protegidos brindando trabajo a personas con discapacidad, y en lo ambiental recuperamos residuos textiles evitando que terminen en rellenos sanitarios, minimizando así la altísima huella de carbono que genera la industria textil”, agrega Maga.
Solo en la ciudad de Buenos Aires los descartes textiles representan 72 toneladas diarias dentro de los residuos sanitarios generados. Y en Argentina el 52% de la población son personas con discapacidad, de los cuales el 75% está desempleada o sin actividad social. “Nuestro objetivo como empresa es reducir la cantidad de residuos dándoles un nuevo propósito y otorgando trabajo digno a personas con discapacidad de manera inclusiva”, añade Maga.
En esta iniciativa articulan con la Fundación IDEL Inclusión y Desarrollo Laboral, el Taller Protegido ALPAD (Asociación Laboral para Adultos con Discapacidad Intelectual), ONG Viviendas Asistidas, contratando los servicios de los jóvenes con discapacidad, brindándoles trabajo digno y con un equipo supervisado por terapistas ocupacionales.
Durante la pandemia los jóvenes no pudieron trabajar de manera presencial, pero lo hacen desde sus casas con asistencia virtual. “Desde Raüni semanalmente les hacemos llegar descartes textiles y ellos nos entregan el producto terminado, es decir la parte interna del almohadón, al que luego se le agrega la funda lavable”, cuenta Maga.
Almohadones con diseños exclusivos
El relleno de los almohadones es 100% de descartes textiles de emprendimientos y empresas del rubro que les acercan sus descartes, logrando así tener basura cero en su producción.
“Las estructuras de los almohadones donde va el relleno, están realizadas con remanentes de producción de grandes fábricas textiles. Los mismos son cortados y cosidos en una cooperativa de mujeres de La Boca”, detalla Maga.
Lo único nuevo es la tela de las fundas que muchas veces es intervenida, teñida, pintada y bordada para darle a cada almohadón un carácter de producto único. “La persona que nos compra, no solo compra un almohadón, sino que está apoyando a una causa que nos trasciende, por eso merece el trofeo de tener algo precioso y preciado, estéticamente bello”, señala Maga.
Zafus, pilow y bolster.
Raüni sustentable comercializa tres modelos de almohadones y en abril lanzan una edición especial de zafus para gatos y perros pequeños. Los valores oscilan entre $ 800 (pillow) y $ 2400 (Bolster). El zafu tiene valores variables dependiendo de la funda siendo el valor promedio de $ 2000. Las cápsulas con artistas son de mayor valor porque son objetos de arte.
Consultada sobre la posibilidad en un futuro de introducir los barbijos como materia prima para la elaboración de los almohadones, Maga aclara que los de fliselina y los de tela podrían ser relleno de los almohadones, previamente lavados y cortados.
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