Si bien es de común conocimiento que la pandemia generó gran parte de estas consecuencias, las instituciones y las familias se encargaron de sostener estas formas de comunicación ya que resultaba mucho más cómodo para ambas partes.
El uso de aplicaciones digitales para la comunicación, facilita el acceso a cuestiones que quizás antes tenían que ser enviadas sí o sí por el cuaderno de comunicados o tenían que ser vistas en reuniones presenciales con las familias.
Según estadísticas de la compañía Colegium, en el último año se quintuplicó la cantidad de comunicaciones enviadas a través de sus aplicaciones dentro de las más de 6.000 comunidades escolares de todos los países donde opera: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay, Uruguay y España.
Con las nuevas herramientas digitales creadas especialmente para las escuelas, toda la comunidad educativa ha empezado a adoptar un uso más eficiente y ágil de las comunicaciones. Eso aportó valor para poder comunicarse con la comunidad escolar en medio de momentos complejos y permitió establecer lineamientos al instante solucionando problemas cotidianos que se dan en el interior de las escuelas.
“Hoy tenemos nuevas oportunidades de profundizar la necesaria relación de colaboración que debe existir entre el colegio y el hogar de los estudiantes. Tenemos una gran adopción de herramientas de comunicación escolar, y a docentes y familias cada vez más capacitados para usarlas. A medida que se adapten también los contenidos, creemos que estas nuevas experiencias de comunicación impactarán positivamente en la mejora de los aprendizajes”, comenta Ezequiel Prieto, Chief Technical Officer de Colegium.
Por otro lado, según Colegium también aumentaron las consultas de las instituciones para encontrar una herramienta tecnológica que funcione como canal de comunicación oficial con las familias y que cumpla con los estándares de seguridad adecuados, a diferencia de las opciones que ofrecen ciertas aplicaciones gratuitas. “Podríamos decir que se busca formalizar las comunicaciones que se daban en un marco informal”, señala Prieto. Esto impactó en todo el sector EdTech de la región, que se dedica a digitalizar los procesos de aprendizaje y gestión escolar.
La diferencia entre aplicaciones gratuitas como WhatsApp y aquellas diseñadas especialmente para las comunidades educativas, es la seguridad en el acceso, dado que pueden ingresar solo los usuarios registrados, y además, todos los mensajes quedan guardados permanentemente. También se puede utilizar la versión web, o móvil según la comodidad de cada persona. Así como adquirir otras funcionalidades que se complementan y facilitan la labor educativa.
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