“No existe ningún problema legal. La Pasiva de Argentina es una sociedad que no tiene vínculos con La Pasiva de Uruguay”, aclara el representante de la dueña de la marca en Bueno Aires. Es que La Pasiva llega a nuestro país de la mano una sociedad formada por algunos licienciatarios de locales de La Pasiva en Uruguay que cerraron un trato con Tomasa Molina, quien tiene desde hace 14 años registrada la marca en nuestro país.
El primer local de La Pasiva en Argentina tendrá características similares a la de los locales de su país de origen aunque tendrá algunos diferenciales. “En el local que estamos abriendo en la calle Corrientes funcionaba una librería y hay un teatro donde estamos viendo de usarlo de alguna manera, ofreciendo obras quizás”, comentan desde la marca.
La apertura está programada para principios de abril y la idea es finalizar el año con 2 locales en Buenos Aires para después avanzar con apertura en Mar del Plata y Córdoba, anticipan.
Sin conflictos legales (dicen), La Pasiva llega a Buenos Aires (y mira Córdoba)
Pese a los rumores de conflictos legales, la cadena de restaurantes famosa por sus “chivitos" (lomitos) desembarca en nuestro país con un primer local sobre la porteñísima calle Corrientes, a pocos metros de la esquina con Callao. Demandará una inversión de unos US$ 500.000 y planean aperturas en Mar del Plata y Córdoba. (Por qué dicen que no hay conflictos legales por la marca, en nota completa).
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