“¡Vuelvo a casa y tiro todo!”, es lo primero que uno piensa apenas entra al local de Jorge Gorgonza, ex vidrierista de marcas de lujo (Hermés, Kenzo Home y Calvin Klein). Desde hace unos años diseña y comercializa su propia línea de muebles y objetos en su tienda de Palermo Viejo, George Home Couture, un amplio local abarrotado de piezas que expresan su evolución profesional. En los 90 sacó al mercado una colección de muebles realizada en madera e inspirada en las corrientes despojadas del momento, pero ahora su propuesta estética rinde homenaje al eclecticismo de los años 30, 40 y 70. Además de fabricar en talleres propios e importar algunos adornos, se convirtió en el ambientador favorito de políticos de turno y celebridades locales. Su bajo perfil le prohíbe mencionar el nombre de sus clientes famosos, amén de que se niega a enviar un retrato para ilustrar esta nota. Pero la calidad y la terminación de sus diseños, y la habilidad para combinarlos en una escena, hablan por él.
“En la casa no hay nada que sea de primera necesidad: todo es frívolo e innecesario. Lo importante es poder comprarse los remedios y tener salud. Si te falta un almohadón, no te vas a morir” dice, y recuerda sus comienzos hace mas de 20 años. “Los muebles que me gustaban eran carísimos, así que los empecé a fabricar. Un día terminé vendiéndolos porque me los pedían. Eran básicos, pero siempre bien terminados.” Con el tiempo armó un equipo de artesanos calificados con los que aun trabaja. “Como no tengo conflicto para vincularme con las personas y a donde voy me pongo a charlar, se fue armando un grupo confiable y capaz, entre ellos, carpinteros, herreros, talleres de pintura, enmarcadores, pantalleros, de casi tengo todos los gremios. Pero el principio no fue fácil: fueron años de ensayo y error, y de perder plata.”
Pasaste de una estética simple a otra muy sofisticada ¿es el gusto de la época?
Hace 18 años se usaban los espacios súper despojados, entonces hice muebles bastante minimalistas. El toque personal estaba en la paleta de colores sucios, en el tratamiento de las maderas, eso marcaba la diferencia. Pero antes me cerraba a una sola idea porque el mundo entero creía que la calidad o el buen gusto o el referente de elegancia era determinado estilo. Era condición sine qua non que todo debía ser “francés”, pero a medida que uno viaja, escucha música, lee y se relaciona con gente nueva descubre que hay un universo, y que en ese universo cabe todo. Y cuando te relajás empieza a salir lo que te gusta, lo que sos. Hoy diseño, hago y vendo lo que me representa.
¿Cómo definirías ese estilo?
Estoy en un momento de explosión creativa. Hago lámparas, busco láminas de fotografías y las intervengo. No me cierro a una sola cosa, y también me interesa mucho el tema textil y hasta quizá saque una línea de prendas de algodón para hombres. Pero si tuviera que buscar una palabra diría que mi gusto es ecléctico y homenajea a esas décadas 20, 30, 40 y 70 que, si bien son diferentes, tienen un denominador común y se llevan bien entre sí. En el balance, todo va con todo. Fabrico la mayoría, y otras son de proveedores. Tengo lámparas italianas de Artemide, cristalería de Murano, muebles tapizados con géneros franceses y belgas, también objetos antiguos que rescato cuando viajo al interior y visito casas de compra venta. Las reciclo porque a mí me gusta el acabado industrial, la cosa campestre o rústica no es para la ciudad. Prefiero las terminaciones prolijas. En la ciudad lo urbano es lo que mejor queda en una casa.
¿Qué cosas son importantes antes de pensar en ambientar un espacio?
La gente cree que decorar es poner una lámpara. El problema en este país es que no todo el mundo tiene en cuenta que el decorador es un profesional, creen que es un amigo que les va a “tirar ideas”, y entonces lo invitan a comer para que les diga dónde poner el portarretrato Y encima cuando va, ¡quieren que arregle las macanas que se mandaron! Decorar requiere primero una buena obra de albañilería, instalación eléctrica segura y pintura, con terminaciones de calidad. Luego se puede pensar las necesidades básicas: el espacio disponible, el uso, los colores. Obviamente no vas comprar la lámpara si te falta el sillón.
¿Cómo hacer para que una casa hable del habitante y no del decorador?
La casa tiene que hablar de la persona que la habita, es tonto pensar que por comprar una revista vas a cambiarla. El razonamiento es: si te gusta, lo podés comprar y los vas a disfrutar, hacelo. Pero recomiendo no atarse a los mandatos familiares para diagramar los espacios, tampoco poner plantas artificiales ni láminas de pintores famosos. Es preferible una obra de artistas ignotos a una reproducción de Van Gogh. Uno debe identificar su estilo, de lo contrario es una casa seriada y ¿por qué vas a tener cuadros de caballos si no te gustan los caballos? Mejor no pongas nada. La casa, tu casa, sos vos.
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Artemide
Jorge Gorgonza
Tu casa sos vos
(Por Marina Gambier) Jorge Gorgonza armaba vidrieras para marcas de lujo, pero hoy diseña, fabrica y comercializa muebles y objetos exclusivos en su tienda de Palermo Viejo; además de ser el decorador favorito de políticos y celebridades, en breve lanzará una línea de ropa para hombres.
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