¿Tu oficina está “despiojada”? (Crece la paranoia entre los hombres de negocios porque “las paredes oyen”)
Lo escuchamos de boca de un conocido asesor de empresas esta semana: en Buenos Aires hay cada vez más compañías que tienen salas u oficinas “despiojadas”, una jerga que define aquellos lugares que han sido revisados y están libres de escuchas ilegales o tecnología de espionaje. Hablar allí es 100% seguro tanto que se traten temas sensibles para la competencia como para las autoridades gubernamentales, cada vez más atentas a la información que generan las compañías en el plano impositivo y hasta político.
Incluso, decía este profesional, hay empresarios que no tienen conversaciones importantes por teléfono y ni siquiera con su teléfono cerca, porque no es difícil convertir un celular en micrófono, como alguna vez le sucedió al propio Chacho Alvarez.
En Córdoba un grupo de emprendedores está desarrollando un software para encriptar las llamadas telefónicas, garantizando que no puedan ser accedidas por orejas intrusas.
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