Viña del Mar quiere reencantar a los cordobeses (y construye un Hyatt).
(Enviada Especial Viña del Mar / Guillermina Delupi). “Después del corralito argentino tuvimos una merma en el turismo proveniente de ese país y los cordobeses dejaron de venir a Viña”, relataba Arturo Grez Marin en la cena de bienvenida a la comitiva de periodistas cordobeses que, de la mano de la Municipalidad de Viña del Mar, el Iscad y Lan, estamos visitando esta zona turística.
Y atentos a esto salieron a “reencantar a los cordobeses”, según las palabras de Gabriel González, presidente de la Cámara de Turismo de esa localidad. Así, conformaron una mesa público-privada para atraer al turismo argentino y empezar a captar también al mercado brasilero.
En ese marco, vienen trabajando para aumentar la plaza hotelera que hoy cuenta sólo con 10.000 camas. “Aquí tenemos dos hoteles cinco estrellas: el Sheraton Miramar y el Hotel del Mar, que cuenta con un casino; pero en tres meses se empieza a construir un Hyatt con el objetivo de aumentar la oferta cinco estrellas” resumía Grez Marin.
(La Quinta Vergara donde todos los años se realiza el festival de Viña del Mar, el Museo Fonk, el Castillo Wulff -foto- y más en la “lupita” que te lleva a ver la nota completa).
Castillo Wulff
Yendo por la Avenida La Marina 37, se erige el Castillo Wulff. Construido en el año 1906, es uno de los edificios declarados Monumento Histórico Nacional. En él funcionan un centro de exposiciones y una oficina de la municipalidad de Viña del Mar.
Museo Fonck
Ubicado sobre la Avenida 4 Norte, se encuentra el Museo Fonck, que cuenta con una completísima colección de la Isla de Pascua (tan completa es que en el jardín de la entrada hay un auténtico “Moai” de la isla.
Parque Quinta Vergara
Es el parque que cada año recibe los espectadores del tradicional festival de Viña del Mar (cuyo anfiteatro tiene capacidad para 15.000 personas), pero además tiene el jardín más bello de la zona y alberga en su interior al Museo de Bellas Artes.
Reloj de Flores
Es quizás uno de los atractivos más emblemáticos de Viña del Mar. Traido de Suiza para el Mundial de 1962, el reloj tiene un complejo mecanismo en su interior impulsado por control eléctrico accionado por pesas. El minutero y los dos punteros son de bronce (miden alrededor de 3 metros cada uno).
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