Si sos de andar por la Nuñez, lo más probable es que hayas notado el imponente nuevo local en la esquina de Manuel E. Pizarro. “WLK: punto de encuentro” abrió sus puertas hace ya casi 3 meses pero, debido a la pandemia, recién esta semana empezará a acercarse al concepto con el que fue concebido originariamente.
Marcelo Iwulski es el hombre detrás de la idea; de familia de ciclista -y dueño de otro local del rubro, ubicado en la calle Alvear-, estaba buscando apostar por algo distinto. Así nació esta iniciativa que, en palabras de su propio impulsor, se diferencia “por darle mucha importancia al aspecto social del deporte”.
Un concepto holístico
Hoy el local inaugura uno de sus principales diferenciales: su bar o, como ellos lo llaman, el “refugio”. En la parte de atrás del recinto, Iwulski instaló un espacio dedicado especialmente al esparcimiento de sus clientes, en donde los interesados pueden refrescarse con una “cervecita” después de una fuerte pedaleada.
“En el ciclismo cordobés es muy común el grupo: mucha gente sale a andar acompañados por sus amigos” explica el dueño de WLK. Y especifica: “Por eso llamamos al local `punto de encuentro´: apuntamos a que la gente pueda reunirse acá, antes o después de salir. Que puedan disfrutar del `tercer tiempo”.
La ubicación del local favorece a esta idea. “Pedaleando” poco más de 2 kilómetros se llega a la Mujer Urbana, que conecta con circunvalación, y desde donde se puede acceder a varios circuitos clásicos: Villa Allende (y el famoso ascenso al Pan de Azúcar), el camino a Carlos Paz, o -para quienes tienen menos experiencia- el circuito del Parque Kempes.
Desde WLK han apostado por reforzar sus instalaciones con infraestructura que incentive este concepto “social”. Además del bar, el predio cuenta con vestidores y ducha, una estación de limpieza para las bicicletas, y hasta una “guardería” (cochera) para estas últimas, por si sus clientes quieren dejarlas ahí durante la noche.
Al mismo tiempo, el predio tiene a disposición un pequeño gimnasio, con 3 de los famosos “rodillos”, que permiten montar bicicletas y hacerlas “fijas”. Estos se conectan a unos televisores, para que los interesados puedan practicar con simuladores virtuales de carreras.
Las WLK: bicis “tributo” a nuestras sierras
En la entrada del local se encuentra la tienda propiamente dicha. WLK vende todos los insumos necesarios para el ciclismo: indumentaria deportiva, cascos y elementos de protección, repuestos, y más.
Comercializan varias marcas clásicas de bicicletas, como BMC y Cannondale, pero a diferencia de tantas otras tiendas, cuentan con su propia línea.
Las “WLK” son importadas desde china; su cuadro es de aluminio y tienen transmisiones marca Shimano. Vienen en 3 modelos, que inspiran sus nombres en algunos de los circuitos de mountain bike más importantes de la provincia: “Pan de Azúcar”, “San Fernando” y “Altas Cumbres”.
Cuestan entre $ 60.000 y $ 100.000 y, según Iwulski, son ideales para quienes recién se están animando a la montaña.
Oportunidades y desafíos de la pandemia
Iwulski asegura que durante los últimos meses el sector atravesó un boom de ventas inusual, que muy probablemente haya sido provocado por la pandemia.
Sin embargo, no todas son buenas noticias. El comerciante advierte que la suba del dólar está generando problemas en la distribución de todos estos productos (en su amplia mayoría, importados).
“Cuando empezó el año tuvimos que posponer la inauguración del bar por protocolo; en ese entonces, por suerte, pudimos tener un muy buen nivel de ventas. Ahora que estamos sin stock porque no entran las bicis, tenemos que impulsarnos con el bar. El contexto no ayuda, es como si estuviéramos haciendo todo el tiempo malabares. Pero seguiremos adelante”, concluye Iwulski.
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