El dato comercial de diciembre, con un déficit de u$s 364 millones, cortó con 27 meses consecutivos de superávit que dejaron un saldo positivo de u$s 31.900 millones y dejó una señal ambigua, entre el impacto de un factor coyuntural perjudicial para las exportaciones y la prolongación de un deterioro que ya parece estructural.
Los especialistas relativizaron el rojo al resaltar que estuvo marcado por el paro de aceiteros que frenó la comercialización de granos, pero al mismo tiempo manifestaron su preocupación por la dinámica que vienen arrastrando tanto importaciones como exportaciones debido al efecto de la brecha cambiaria y a las consecuencias que puede generar en la actividad económica.
La huelga de trabajadores aceiteros paralizó por tres semanas los embarques de exportaciones de soja y otros productos agropecuarios que, según estimaciones de la consultora Ecolatina, totalizaron unos u$s 1100 millones, por lo que desde su perspectiva en condiciones normales se habría registrado otro superávit.
"El déficit de diciembre es algo bastante más coyuntural y creo que en enero se debería ver una parte positiva, porque se normalizó el conflicto gremial", explicó Matías Rajnerman de Ecolatina, aunque aclaró que la brecha cambiaria sigue perjudicando la dinámica comercial.
La consultora Abeceb también resaltó el impacto de las medidas de fuerza gremiales en las exportaciones y proyectó para este año un superávit comercial de u$s 15.198 millones a partir de un alza de las exportaciones de 18% a u$s 64.638 millones y de las importaciones de 17% a u$s 49.440 millones. De cumplirse estos pronósticos, desde septiembre de 2018 el superávit comercial acumularía hasta fines de 2021 cerca de u$s 48.000 millones.
LCG también ve un repunte sostenido para 2021, marcado por las muy bajas bases de comparación que deja 2020 a la hora de medir las variaciones interanuales, aunque enfatizó que la evolución de las importaciones estará sujeta a las decisiones del gobierno, que desde septiembre empezó a restringir las compras externas para detener la sangría de reservas.
En su informe, Abeceb resalta que el superávit de u$s 12.528 millones acumulado durante 2020 responde a un derrumbe de las exportaciones similar al de las importaciones (ambos en sus niveles más bajos en una década), luego de un 2019 en el que también se registró un saldo a favor de 11 dígitos (u$s 15.992 millones).
Pero en los úlitmos cuatro meses, mientras la contracción de las ventas se mantuvo, las compras del exterior comenzaron a crecer en la comparación interanual.
Por ello, los analistas también adviertieron por la evolución que vienen arrastrando las exportaciones y las importaciones, especialmente desde septiembre cuando se profundizó la brecha cambiaria.
Es que la diferencia entre el dólar oficial y las cotizaciones paralelas genera un incentivo a los exportadores a demorar sus ventas ante la expectativa de una devaluación del peso y a los importadores a adelantar sus compras, dado que pueden hacerlas al tipo de cambio en el mercado único y libre de cambios (MULC).
"Las exportaciones están muy castigadas por la combinación de retenciones, falta de financiamiento y en especial por la brecha cambiaria, que en estos niveles genera un incentivo a los productores a retener cosecha valuada en dólares. Y las importaciones parecieran estacionarse en la zona de los u$s 4000 millones mensuales, un nivel elevado dado el nivel de actividad que está muy vinculado a la brecha. Hoy son el principal mecanismo para acceder al dólar oficial", explicó Martín Vauthier de Eco Go.
Vauthier también puso la lupa sobre la política económica que adopte el Gobierno, al señalar que mientras el Banco Central (BCRA) continúe administrando la salida de dólares, como la demanda del sector privado para el pago de importaciones o de deuda corporativa, le pondrá un techo a la recuperación económica, más allá del rebote lógico por la apertura de las actividades que estuvieron cerradas en 2020.
Esteban Domecq, de la consultora Invecq, coincide y remarca que el deterioro comercial viene desde septiembre, con cuatro meses consecutivos en los que las importaciones crecieron y las exportaciones se contrajeron, lo que profundiza la divergencia, debido al esquema cambiario actual.
"La restricción de dólares va a complicar el abastecimiento de la producción industrial, poniendo límites a la recuperación económica que estamos transitando", comentó Domecq.
Para los especialistas, la prolongación de esta dinámica podría llevar al Gobierno a cerrar más aún la canilla de dólares para las importaciones, limitar el acceso al sector industrial a los insumos fabricados en el exterior y ponerle un techo a la recuperación de la economía luego de la enorme recesión de 2020, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima en 10,4%.
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