Las caras largas se repiten entre los colaboradores de Alberto Fernández cuando verifican los datos de las últimas encuestas que amplifican la inquietud de la opinión pública por el impacto económico de la cuarentena. Advierten sobre ciertos síntomas de que el malhumor social por el encierro empieza a alcanzar niveles más preocupantes. Se profundiza.
La decisión del Gobierno no está en duda: el Presidente volverá a anunciar la extensión de la cuarentena obligatoria por otras dos semanas y hasta el 24 de mayo inclusive, aunque en la Casa Rosada ya debaten las características que tendrá lo que definen como una nueva fase del aislamiento. Administrar la paciencia social para evitar que llegue al límite será la clave de la tarea a la que Fernández y colaboradores se abocarán durante toda la semana.
En ese proceso será decisiva la voz del grupo de expertos que asesora al Presidente desde el inicio de la pandemia. Al respecto, varios de los referentes epidemiológicos que aconsejan al Gobierno compartieron una videoconferencia el fin de semana en la que hubo coincidencia general en que tras el actual período de cuarentena, comenzará una etapa de "flexibilización, segmentación geográfica, ocupacional y por edades".
Los especialistas, de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), son los más escuchados por el Presidente desde que se inició el aislamiento. "No podemos llegar al punto de la explosión social, donde la gente se largue desesperada del aislamiento debido a que se agrava su situación económica", advirtió la experta Mirta Roses Periago, nombrada como embajadora mundial de la OMS.
La opinión fue compartida por el resto de los expertos del grupo, como Pedro Cahn, Pablo Bonvehi y Omar Sued. Para los especialistas la clave es la tasa de duplicación de contagios para definir una nueva fase de la cuarentena, con mayor relajamiento social.
Los gobernadores son el otro grupo cuyo consejo y respaldo político pedirá Alberto antes de comunicar una nueva prórroga del aislamiento. Sondeará con ellos el funcionamiento de las excepciones al encierro que se autorizaron en aquellos conglomerados con menos de 500 mil habitantes y del resto de las medidas de flexibilización, sobre todo de actividades económicas. A partir de esa evaluación se definirán las próximas medidas. Allí los principales interrogantes se concentrarán en la definición de la magnitud de las excepciones que se podrían comenzar a implementar en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense, donde por ahora se mantiene un esquema de cuarentena estricta.
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