El presidente Alberto Fernández les pidió ayer a ejecutivos de las principales petroleras del país que acompañen y "pongan el hombro" ante la recesión pero les garantizó que en las sesiones legislativas extraordinarias de febrero se tratará en el Congreso una ley para blindar Vaca Muerta, norma de la que no filtró detalles.
Al salir de la reunión en Casa Rosada, el mandatario conversó anoche con periodistas y sostuvo que mantendrá congelados los precios de los combustibles "hasta tanto el sector acerque una propuesta lógica, que será evaluada". "Les explique el porqué del freno al aumento, y el efecto psicológico que tiene sobre los precios", dijo el Presidente.
Fuentes al tanto del encuentro afirmaron que Fernández hizo mucho hincapié en la ley de Vaca Muerta.
"El mensaje central fue que se tratará el blindaje que preparó Guillermo Nielsen (actual presidente de YPF), lo que es una buena noticia porque pone al sector petrolero como prioritario", comentaron.
A cambio, pidió el acompañamiento para ser pacientes ante la crisis macroeconómica y el congelamiento de los combustibles.
El jefe de Estado estuvo acompañado por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el secretario de Energía, Sergio Lanziani, y el propio Nielsen, quien el 30 de diciembre iba a aumentar un 5% la nafta pero tuvo que volver atrás tras el pedido de Presidencia.
Después de la entrevista que concedió al periodista Horacio Verbitsky, en la que cuestionó el papel preponderante que ocupa Vaca Muerta en la agenda energética y coincidió con su entrevistador en apuntar los cañones hacia la recuperación secundaria y terciaria en cuencas convencionales, Fernández aclaró que la Cuenca Neuquina es estratégica y clave para la Argentina.
Además de YPF, que también mandó a su director Arturo Giovenco, estuvieron presentes ejecutivos de Pan American Energy (PAE), Tecpetrol, Vista Oil & Gas, Pluspetrol, Compañía General de Combustibles (CGC) y las multinacionales ExxonMobil, Shell, Chevron, Total Austral y Wintershall Dea.
Este viernes Kulfas recibirá a los sindicalistas petroleros Guillermo Pereyra y Manuel Arévalo para contener sus movilizaciones ante el riesgo de que se efectivicen 2000 despidos.
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