Pese a las hondas diferencias políticas e ideológicas que lo separan de Mauricio Macri, el presidente Alberto Fernández también prometió gradualismo a los empresarios que recurrieron a él para anticiparse a los movimientos de la política macroeconómica del Gobierno. Esta vez, la remake de esta muletilla cambiemista vino teñida de fútbol, por el empleo de la afamada frase del "paso a paso" de Reinaldo "Mostaza" Merlo, y tuvo como espectadores a un puñado de grandes inversores chilenos.
En su segundo día de visita a Chile, el presidente recibió en la embajada argentina en Santiago a una decena de figuras representantes de las principales gremiales empresarias del vecino país, y líderes de compañías con importantes inversiones en Argentina, como es el caso de Cencosud, la embotelladora CCU, y otras firmas pasteras, forestales, papeleras y del sector energético.
Según pudo reconstruir El Cronista por medio de varios participantes del encuentro celebrado en el patio de la residencia diplomática, Fernández trazó un crudo diagnóstico de la situación económica, en la que subrayó la "herencia" del gobierno anterior y las medidas restrictivas que debieron acentuarse desde diciembre de 2019 y, particularmente, desde que se declaró la emergencia sanitaria por el coronavirus.
La comunidad empresaria chilena, por su parte, agradeció un diálogo que varios actores definieron como "profundo, directo y sincero". Pero demandó cambios de fondo sobre la política cambiaria y las restricciones de acceso al dólar, el control de precios y la lucha contra la inflación. En términos generales, reclamaron "más certeza y menos intervención", sin por eso desentenderse de la situación actual.
"Esperamos que las medidas de emergencia que en alguna forma afectan al mercado se puedan corregir, para permitirnos funcionar con menores restricciones y mayores libertades", detalló a este diario Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y una de las voces más relevantes del empresariado trasandino.
Cada uno a su turno, los convidados al encuentro con Fernández, el jefe de gabinete, Santiago Cafiero; el canciller Felipe Solá, y el embajador en Chile, Rafael Bielsa, pidieron una remoción de la política de control de precios, que el Gobierno fijó en marzo de 2020 para evitar una disparada con motivo del confinamiento y desde entonces rige, y continuará a través de Precios Máximos.
Los hombres y mujeres de negocios también plantearon quejas por el cepo al dólar, que impide la remisión de utilidades y, en muchos casos, desequilibrios financieros y otras complejidades para empresas que son licenciatarias de marcas globales. Este es el caso, por ejemplo, de CCU, que en la Argentina comercializa las cervezas Heineken, Miller o Amstel, entre otras.
Por otra parte, los empresarios se mostraron interesados por incrementar las compras de gas desde la Argentina. Es el caso de la empresa Colbún, una de las mayores demandantes de energía desde el vecino país, y de otras firmas nucleadas en la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), ambas representadas en la cita por Bernardo Larraín.
Frente a los reclamos, el presidente pidió comprensión de la situación del país, mientras avanzan las negociaciones para reestructurar compromisos de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por u$s 44.000 millones. Pero a la vez dijo entenderlos y se comprometió a ir levantando "paso a paso" las restricciones aplicadas en poco más de 13 meses de gestión.
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