Andes Líneas Aéreas suspendió, hasta el lunes, sus vuelos a todo el país, luego de que Chubut no cumpliera su promesa de darle un anticipo en combustible, a cuenta de su deuda, que asciende a unos $ 280 millones. Ese dinero es vital para la aérea, ya que podría pagar los cuatro meses de sueldos que debe a sus 320 empleados, pagar el combustible y contar con liquidez de cara a futuro, en un contexto complejo para las aéreas que operan en el país.
El miércoles, la compañía había suspendido sus vuelos a Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia por el día, los dos destinos de la provincia patagónica a los que vuela, y ayer lo hizo a los destinos de todo el país; la provincia se había comprometido a anticipar $ 10 millones en combustible a cuenta de la deuda, pero no lo hizo. La suspensión de vuelos afecta a las rutas desde Buenos Aires a esos dos destinos de Chubut, a Salta, Bariloche, Iguazú y Jujuy.
"En principio, suspendimos todas las rutas hasta el lunes; es muy difícil seguir operando y queremos cuidar a los pasajeros. Pero seguimos esperando que Chubut nos dé un anticipo a cuenta antes, para poder cargar combustible y retomar los vuelos", confiaron fuentes de la aérea a El Cronista.
Pese a la suspensión, las partes habrían alcanzado un principio de acuerdo. El martes, la Legislatura aprobaría un proyecto del Ejecutivo chubutense que habilitaría el pago de una parte importante del total de la deuda con Andes con Bonos provinciales, según comentaron a El Cronista las mismas fuentes. Una vez recibido ese dinero, la aérea retomaría todos sus vuelos, si no lo hace antes con un anticipo de la provincia; y como primer paso pagaría los sueldos adeudados a sus empleados.
La empresa ya había suspendido los vuelos a los dos destinos de Chubut el 11 de octubre pasado, previo al fin de semana largo, al no concretarse un adelanto en combustible que la provincia había prometido. El tema no es menor, porque es la única aérea que vuela desde Buenos Aires a Puerto Madryn; no sólo el funcionamiento del aeropuerto depende de sus vuelos, sino que son de gran importancia para el sector turístico de la Península de Valdés. Luego de varios días, retomó vuelos, de manera de no afectar a más pasajeros, pero fuentes cercanas a la compañía aseguran que no pueden seguir gastando combustible a cuenta.
La deuda surgió hace más de dos años; Andes había acordado desde 2013 la entrega de pasajes a Chubut a cambio de un pago en combustible, que la provincia obtenía por regalías. Así lo hicieron durante 2013, 2014 y 2015. En 2016, la compañía le entregó 14.000 pasajes, equivalentes a 5900 m3 de combustible. Pero les pagó solo 400 m3 y le adeudan 5500 m3 desde 2017, que al valor actual equivalen a $ 280 millones.
Los pasajes que recibió Chubut eran utilizados para promoción turística de la provincia; para el sistema de salud, ya que se ofrecían a bajo costo a pacientes que debían volar a Buenos Aires para tratamientos o estudios de alta complejidad, y, también, para el traslado de funcionarios o personal de la provincia.
En momentos complejos, con costos en fuerte alza por el dólar e ingresos a la baja, Andes realizó ajustes para poder seguir operando. Hace un año, la aérea que despegó en 2006 en Salta anunció un recorte del 40% en su estructura, como consecuencia de la caída de la demanda internacional. Tenía 490 empleados y hoy cuenta con 320; se quedó con los cinco MD-83 propios que tenía, devolvió los cuatro B737-800 que operaba en leasing y canceló las órdenes por dos B737 más con fecha de entrega a fines de 2018, para reducir costos y ajustar sus gastos. De los cinco aviones propios, hoy mantiene apenas uno o dos operativos y comenzó a vender los repuestos de los B737 que ya no necesita.
Hoy, la empresa sigue operando a las rutas más rentables desde el Aeroparque Jorge Newbery: a Iguazú, Jujuy, Salta, Bariloche, además de hacerlo a Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia; pero canceló las que tenían como destino a Mendoza, Córdoba y Tucumán, donde hay más competencia y menor rentabilidad, según la compañía. Además se discontinuaron los vuelos internacionales chárter, afectados por la fuerte caída de la demanda de viajes al exterior, por la suba del dólar.
A fines de 2017, la compañía había encarado un fuerte plan de expansión, al duplicar su flota y número de empleados y cuadriplicar rutas y pasajeros; pero debió dar marcha atrás en sus planes, en virtud de la fuerte suba del dólar desde mayo de 2018, alza que se disparó en agosto de ese año y, nuevamente, hace dos meses, tras las PASO, ya que la mayoría de los costos de las aéreas (combustible, tasas, leasing) cotizan en dólares, pero las tarifas locales lo hacen en pesos y a la baja, en virtud del ingreso de nuevos competidores low cost.
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