Los inversores respiraron aliviados al saber que la victoria de Alberto Fernández en las elecciones presidenciales argentinas fue más ajustada de lo esperado. Sin embargo, están ansiosos por tener más claridad sobre los primeros movimientos del líder izquierdista cuando asuma el poder el 10 de diciembre.
Si bien a los mercados financieros les entusiasma que Fernández no haya obtenido una mayoría en el Congreso, lo que limitará su capacidad de impulsar leyes controvertidas, la dirección precisa de su política económica sigue siendo poco clara, dada su negativa a dar a conocer cuál será su gabinete.
Con una caída de las reservas de casi u$s 4.000 millones en la semana previa a las elecciones, lo que llevó al banco central a endurecer los controles de capital el domingo por la noche, recuperar la confianza de los inversores es crucial, dijo Diana Amoa, portfolio manager de renta fija en JPMorgan Asset Management. "Una manera de hacerlo es nombrando un gabinete más creíble y mostrar voluntad de involucrar a los tenedores de la deuda y al FMI", agregó.
De hecho, una de las prioridades del nuevo gobierno será llegar a un rápido acuerdo con el FMI -que probablemente exija que continúe la austeridad a pesar de las promesas de campaña de Fernández de aumentar el gasto público- con el fin de allanar el camino para acordar con los acreedores privados y evitar un noveno default de deuda soberana de Argentina.
"El equipo económico debe anunciarse lo antes posible. Eso es lo que nosotros, como inversores, estaremos mirando", dijo Eddy Sternberg, portfolio manager de deuda de mercados emergentes en Loomis Sayles. También preocupa que parte del equipo de transición pueda ser rechazado por el mercado.
"[Fernández] se enfrenta a enormes desafíos. Debe salir con una estrategia clara para lidiar con los problemas que enfrenta Argentina y recuperar la confianza de los mercados", afirmó Federico Kaune, jefe de renta fija de mercados emergentes en UBS Global Asset Management. "La situación ya es muy, muy grave."
Aun así, los observadores se animaron con el inesperado resultado de la coalición de centro-derecha del actual presidente, Mauricio Macri, después de su desastrosa actuación en las primarias de agosto. Redujo la ventaja del peronista a la mitad, de 16 puntos a sólo 8 puntos el domingo.
"Éste no fue un mal resultado", dijo Sternberg. "No tenemos la incertidumbre de una segunda vuelta y lo que pasaría en el medio, y la población ha expresado que le preocupa el típico gobierno peronista."
Amoa agregó: "Dado que [la coalición de Macri] sigue siendo una parte significativa de la conducción del país... hay un interés particular de ambas partes en tratar de dirigir las cosas hacia una transición sin problemas. No le interesa a nadie agravar la tensión en la economía ni exacerbar la fragilidad económica".
Traducción: Mariana Oriolo
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