AGUSTIN SZAFRANKO
En 2020 la crisis de la pandemia azotó con dureza a América latina, al punto de ser la región más afectada en promedio, incluso por encima de otras zonas con países de ingresos menores, lo que derivó en un fuerte incremento de la pobreza.
Según las perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PBI en Latinoamérica y el Caribe se derrumbó un 7,4% el año pasado, mientras que la zona euro cayó un 7,2%; los emergentes de Asia, un 1,1%; medio oriente y Asia central, un 3,2% y el África subsahariana un 2,6%.
Las consecuencias en pobreza e indigencia no pasaron desaparcibidas: según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la tasa de pobreza cerró el año en 33,7% y la de pobreza extrema, 12,5%. Así, la crisis deja 209 millones de pobres (22 millones más que 2019), de los cuales 78 millones están en pobreza extrema (8 millones más que un año atrás).
En su informe anual de Panorama Social de América Latina 2020, Cepal realizó un relevamiento del impacto en la pobreza país por país, en el que Argentina aparece como una de las economías más afectadas.
"En términos de tasas de pobreza, es necesario remontarse hasta 2008 para encontrar una tasa similar (33,5%), lo que implica un retroceso de 12 años para la región. Este retroceso es aún mayor en el caso de la pobreza extrema, pues se debe retroceder 20 años, hasta 2000, para encontrar una tasa similar", resaltó el estudio.
La pobreza en Argentina trepó de 27,2% a 37% de fines de 2019 a fines de 2020, estimó la Cepal, aunque si no se computaran las transferencias del Gobierno a los hogares la tasa crecería a 38,8%. De esta porción, un 8,1% está debajo de la línea de la pobreza extrema, que la asistencia pública amortigua a un 5,4%. En 2019 la Cepal registraba un 4,2%.
Tu opinión enriquece este artículo: