Tras cinco meses de negociación y en plena cuarentena, la negociación por la venta de Garbarino avanza a paso firme. Grupo Prof, la aseguradora liderada por Carlos Rosales, protesorero de San Lorenzo de Almagro, se perfila como el candidato favorito hasta el momento.
Rosales fue el último jugador en sumarse a la contienda y negocia contrarreloj para quedarse con la cadena de electrodomésticos y electrónica más importante del país, propiedad de los hermanos Daniel y Omar Garbarino. Fuentes allegadas a las partes señalaron que en las próximas horas se aceptaría su oferta. Sin embargo, si bien se habría dado un paso clave, todavía no se concretaría el traspaso.
Con un acuerdo de aceptación de su propuesta, Prof busca abrir un proceso de due dilligence. Durante un período máximo de 20 días corridos, mientras se lleva a cabo esa auditoría, Rosales debería negociar la letra chica de los arreglos con los acreedores. Conocedores de la operación aclararon que Prof no tendrá exclusividad durante ese período. "Si aparece otro oferente con una mejor propuesta, puede quedar desplazado", explicaron en relación a la dilatada negociación.
Son horas decisivas para el rumbo de la cadena. En los últimos días, hasta entrada la noche, hubo reuniones en las oficinas de ambas empresas. Según le contaron a este medio fuentes cercanas al proceso, "ya está casi todo listo desde hace días, pero se demoró porque se están perfeccionando las condiciones de la carta de compraventa". "Está encaminado, pero faltan definir cuestiones formales", aseguraron.
A través de Carlos García, el presidente de Garbarino y el principal encargado de llevar adelante la negociación por parte de la empresa, ya se habría acordado un principio de reestructuración de la deuda con los bancos acreedores, el Galicia y Santander, con quienes la cadena tiene un pasivo cercano a los $ 5000 millones y se habría pactado una quita de entre el 70% y el 75%.
También, se habría logrado un primer entendimiento con los proveedores comerciales, los fabricantes nacionales e internacionales de electrodomésticos, a quienes Garbarino les adeuda $ 7000 millones. Con ellos, se negociaría una poda del 35%.
Pero todavía falta la firma final. Y como explicó un conocedor del deal, "hasta que el gancho no esté puesto, no hay nada cerrado y puede pasar cualquier cosa". "La negociación es larga e intervienen muchos actores", expresó otra fuente vinculada al proceso.
Como un gesto de solidaridad, Rosales se haría cargo de una parte de los sueldos del personal de Garbarino, mientras que su aporte estaría acompañado de los fondos que el Estado le destinará a la empresa, por medio de un ATP que fue solicitado y ya aprobado.
Prof prevé hacer una inversión inicial cercana a los $ 2000 millones para sanear las cuentas de Garbarino en un período de entre 18 y 24 meses e iniciar una expansión regional, en una primera etapa a Uruguay, Paraguay, Bolivia y Ecuador, países que no tienen una fuerte presencia de marcas de retail a diferencia de mercados más desarrollados como Brasil y Chile.
Rosales se comprometió a mantener las 191 sucursales de Garbarino y los 54 locales de la marca Compumundo, como así también los 4361 puestos de trabajo que tiene la empresa en la actualidad. La apuesta será complementar la venta física con un mayor impulso al canal digital, con una robusta plataforma de comercio electrónico.
Cuando el fondo Inverlat, el primer interesado en quedarse con la cadena, retiró la oferta, Rosales consideró que se trataba de una buena oportunidad para incursionar en el mundo del consumo masivo. Asimismo, antes de que Inverlat se bajara, en marzo también se sumó a la contienda Covelia, la compañía de servicios de higiene y recolección de residuos perteneciente a Ricardo Depresbiteris, hombre al que se suele vincular con Hugo Moyano.
En los últimos días, Covelia habría quedado desplazada, dado que, según allegados a la negociación, no logró ponerse de acuerdo con los acreedores.
En tanto, Rosales habría conseguido el respaldo de Armando Cavalieri, el titular del Sindicato de Comercio, al que pertenecen la mayoría de los 4300 empleados de Garbarino. El resto está afiliado al gremio de Camioneros. En este sentido, el apoyo de Cavalieri, alias "el Gitano", habría sido clave, ante la posibilidad de una pérdida de poder para el jefe sindical, que siempre mantuvo una rivalidad con Moyano.
“Si Covelia se queda con Garbarino, Cavalieri pasaría a un segundo plano. Esto implicaría una posible pérdida de afiliaciaciones, porque Comercio tendría menos representantes", le dijeron a El Cronista, días atrás, conocedores de esa interna. “A eso hay que sumarle los antecedentes problemáticos de Moyano con OCA e Independiente. Por lo bajo, lo que dicen todos es que si se puede evitar negociar con una figura polémica y compleja como él, mejor", expresaron en ese entonces.
Pese a que la venta está encaminada, la situación de Garbarino es crítica. A comienzos de abril, anunció que pagaría los sueldos en cuotas debido a sus complicaciones financieras. Según la Central de Deudores del Banco Central, al 4 de mayo acumulaba 1563 cheques rechazados por más de $ 2000 millones, último dato disponible.
Si bien logró duplicar sus ventas online desde que empezó la cuarentena, la cadena reconoce que los ingresos obtenidos a través del e-commerce, canal que impulsó durante el aislamiento ante el cierre de las sucursales, no compensan la caída de la venta presencial ni alcanzan para cubrir los gastos. La compañía tiene una participación del 22% del mercado nacional.
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