Los empresarios saben que se vienen horas difíciles en las que, en medio de la crisis económica que generó la cuarentena obligatoria, deberán hacer frente también a reclamos salariales por parte de los trabajadores.
Los acuerdos logrados por La Bancaria -con un incremento salarial anual de 26%, pero con revisión en noviembre próximo- y Alimentación -que acordó montos fijos- sin dudas tendrán un efecto derrame sobre el resto de los sectores.
De hecho, y hay sectores como Metalúrgicos, Camioneros y algunas de las ramas de Comercio, solo por nombrar a algunos, que ya hicieron saber a los empresarios que irán por una mejora en el bolsillo de los trabajadores.
Y del lado empresario advierten que la receta pasará o por un bono a cuenta de futuras paritarias -que se encararán cuando la situación económica tienda a normalizarse-, o por una negociación de aumento que difícilmente tenga mucho que ver con la inflación de este año, que rondaría el 43%.
Esto, claro está, en el caso de las empresas que puedan afrontar un desembolso, ya que algunas aseguran que les es absolutamente imposible.
La paritaria de Comercio abarca a nada menos que 1,2 millón de asalariados y es la más grande del país.
Según dijo a El Cronista Mario Grinman, secretario de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) "por el momento no se habló de aumentos salariales, y tiene lógica porque es totalmente imprudente hacerlo con comercios cerrados, incluso algunos en forma definitiva".
La visión de Grinman coincide con la de muchos empresarios, pero se contrapone con la de muchos sindicatos. "Hoy la discusión debe pasar por la conservación de las fuentes laborales, y no de mejoras salariales", dice.
Donde sí se comenzó a ver movimiento es en el segmento supermercadista que está bajo la órbita de Comercio. El sindicato reclama el pago de un bono a cuenta a cambio de suspender, por el momento, las negociaciones paritarias.
"Este sector no cesó su actividad durante la cuarentena, aunque es una locura pensar que solo por eso no se produjo una reducción en su nivel de facturación", afirmó Grinman.
Camioneros va también detrás de un bono, que en este caso sería de $ 10.000, y algunas de las compañías que tienen a su personal bajo el convenio del gremio que conducen los Moyano sostienen que las condiciones no están dadas para atender ese reclamo.
"El desplome de nuestras ventas durante la cuarentena fue importante. En abril mantuvimos el ritmo que teníamos. Pero después se cayó todo. Entendemos que también la gente sufrió un recorte en su poder adquisitivo, pero habrá que llegar a un equilibrio. No podemos pagar ese bono y si se acuerda una paritaria será difícil que se acerque a la inflación", sostuvieron desde una empresa con parte de sus empleados afiliado a Camioneros.
Donde por el momento no hay discusión posible es en los segmentos gastronómico y hotelero. Según expresó a El Cronista Graciela Fresno, titular de la La Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra), "no se produjeron reclamos de ningún tipo. Es una actividad totalmente paralizada desde fines de marzo y no tenemos aún visión de reapertura. Nuestra situación es caótica".
Una situación similar si vive en Construcción. Aquí ya se descartaron los reclamos salariales, ya que la actividad se encuentra frenada y hasta mayo se perdieron 150.000 empleos directos un año.
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