Dicen que la sangre, tira. España aparece como el principal mercado apuntado por Café Martínez, fundada en 1933 por inmigrantes asturianos, para crecer a nivel internacional. El plan forma parte de una serie de anuncios encarados por la empresa a lo largo de este año para tratar de compensar la crisis económica con nuevas ventanas de ingresos, siendo el último de ellos la inauguración del local Smart ubicado en el barrio porteño de Almagro.
“Próximamente los dueños tienen planeado un viaje de negocios para explorar opciones en España, creemos que es un mercado con mucho potencial”, señaló Leandro Canabe, gerente general de Café Martínez. Actualmente cuenta con solo un local en Murcia, además de las sucursales en Paraguay, Uruguay, Bolivia y los Estados Unidos.
Pronto la firma inaugurará su segunda sucursal en territorio boliviano y, menciona, también tiene contactos en Perú y Brasil, donde se encuentra analizando de qué manera encarar el desembarco de la marca. “Esto nos ayuda como fuente de divisas, ya que importamos café como insumo, le agregamos valor y lo exportamos a estos países; por lo que sirve como estrategia para compensar”, apuntó el ejecutivo.
En medio de un contexto de depresión del consumo y devaluación, la empresa encaró un plan de crecimiento a cinco años, el cual contempla alcanzar las 250 sucursales para 2023 – hoy tiene cerca de 170 -. De los 9 locales propios con los que cuenta hoy, para esa fecha espera tener 25, con tres aperturas programadas a lo largo de 2020.
La crisis podría convertirse, indirectamente, en aliada de este plan. “Si bien el contexto no es bueno para algunas cosas, creo que se van a empezar a liberar algunas ubicaciones estratégicas y tal vez podremos superar esa cantidad”, señaló Canabe.
Dentro de la estrategia también aparecen otros lanzamientos como el programa de lealtad, a través de la app Club Martínez que alcanzó las 100.000 descargas; la comercialización de las cápsulas compatibles con las máquinas Nespresso; y el formato de franquicia low cost A La Barra, con un valor de inversión de entre u$s 50.000 y u$s 80.000.
En tanto, el formato Smart, que incluye terminales para realizar los pedidos y pagarlos, tanto para take away como para consumo en el local, estará enfocado en los locales de autoservicio, es decir, sin atención a la mesa, y no en los tradicionales. Si bien es una prueba piloto, Canabe asegura que ya tienen tres preparadas para ser adaptadas a este sistema, en caso de tener una buena performance. El monto para abrir este tipo de sucursales ronda los u$s 220.000.
“Si hoy tomo el ticket comparable en sucursales, en lo que va del año estamos un 3% arriba”, detalló el directivo. Y agregó: “Todas estas acciones están dando un efecto positivo al consumo”. Para el próximo año no solo se enfocarán en el crecimiento en cantidad de locales sino también en el portfolio de productos con propios, con lanzamientos de nuevas variedades de capsulas, además de potenciar la tienda online, que hoy representa menos de un 5% de las ventas.
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