La industria de los alimentos busca ingresar a una nueva era de competitividad para lo cual sus empresas plantean la oportunidad de despejar las regulaciones que traban su actividad y tener la oportunidad de afrontar "El desafío de alimentar al mundo", tal la consigna de las jornadas de la Semana de la Ingeniería.
Javier Goñi, CEO de Ledesma y presidente del evento que organiza el Centro Argentino de Ingenieros, planteó en la apertura de la jornada que la Argentina está ante la necesidad de "tomar los desafíos y encontrar en los problemas soluciones transformadoras, con eficiencia en el uso de los recursos para crear valor agregado".
Del encuentro participaron el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, el presidente del CAI, Pablo Bereciartua, la presidenta de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Carla Martín Bonito, y directivos de empresas como Ledesma, Arcor, Nestlé, Mondelez y Quilmes.
Competitividad natural
"La industria de la alimentación es netamente federal porque se establece dónde están las materias primas, y a lo largo de su historia se ha ido consolidando en distintos lugares del país que dieron origen a comunidades que generaron desarrollo, capacitación y empleo", expresó el directivo de la compañía fuertemente establecida en el Noroeste Argentino.
Para Goñi, el país viene de "muchos años con trabas y barreras que en vez de liberar el potencial de la industria le van poniendo alambrados, y ese es el camino a recorrer. La buena noticia es que el mundo una vez más está necesitando alimentos".
"Argentina tiene competitividad natural en todo lo que es alimento, pero hoy cualquier producto en la góndola tiene entre un 40 y un 50% en impuestos y hay que llevarlo a niveles normales como en cualquier otro mercado del mundo", se lamentó.
En el mismo sentido, planteó las necesidades de la producción en logística a partir de un caso propio de Ledesma: "China construyó en 10 años unos 25.000 kilómetros de trenes de alta velocidad. A nosotros transportar una tonelada de azúcar por tren hacia Buenos Aires nos demanda 18 días".
"La política tiene que fijar un rumbo y el empresario apostar a ese sentido sostenible, venimos de un fracaso como sociedad durante años, pero hoy tenemos una oportunidad nueva y avanzar con la Ley de Bases es clave para empezar a destrabar nuestro futuro como país", planteó Goñi durante el encuentro.
En ese sentido, la presidenta de la Copal, reseñó que "en los últimos 15 años las empresas exportadoras argentinas se redujeron un 30%. En alimentos y bebidas hay 14.000 empresas, pero solamente 1300 de esas compañías son exportadoras".
"No podemos caer en el pesimismo pero tenemos que ir hacia un cambio de tendencia con políticas de Estado para incentivar la creación de empleo formal privado, la simplificación burocrática y una reforma impositiva que favorezca la inversión. Hoy cada alimento que se consume en Argentina tiene una carga tributaria entre el 40% y el 50%", dijo Martin Bonito.
El pulso de la economía
"El comienzo de año fue complicado, el consumo cayó mucho y aún no estamos viendo que haya una recuperación, aunque sabíamos que podía pasar esto", admitió Goñi al entender que esa demanda "se va a ir recuperando lentamente, a medida que baje la inflación y haga cambiar el chip a todos".
En el caso de Ledesma, explicó que ante la crisis, la consigna es "ser muy cuidadosos con el tema de costos. Ahora estamos sin cerrar la negociación paritaria en el tema del azúcar y estamos tratando de explicar la realidad con una negociación a la baja que a veces cuesta que la gente lo entienda y mirando también los proyectos de largo plazo".
Con más de 115 años de historia, el titular de la empresa asegura que es necesario mirar más allá de la coyuntura, ser un poco más conservador y prepararse para cuando venga el crecimiento.
En ese sentido, la compañía se apresta a la inauguración de la primera planta en el país de pulpa termo moldeada prensada para hacer vajilla descartable y reemplazar plásticos de único uso, lo que demandó en esta primera etapa una inversión de u$s 5 millones.
También se apresta a poner en funcionamiento un nuevo turbo generador de 34 Mw, que demandó u$s 12 millones, lo que le permitirá una dotación eléctrica más eficiente y sustentable.
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