Inmediatamente después de verse con Joe Biden, el Presidente Alberto Fernández se encontrará con el principal adversario del mandatario estadounidense. A las 17.30 empezará su bilateral más pesada. Serán 20 minutos de mano a mano con el jefe de Estado chino Xi Jinping, en las colectoras del G20. La cita se concretará en el Hotel Mulia, uno de los resorts de lujo que salpican esta isla de Indonesia.
Con sus playas paradisíacas y complejos para turistas, en Bali abundan los contrastes sociales. La realización del G-20, con la presencia de los países más poderosos del mundo, volvió más caótico el tránsito y rigurosos los controles policiales.
Del mano a mano con Xi, quien fue recientemente reelecto como secretario general del Partido Comunista chino, participará también el ministro de Economía, Sergio Massa. El tigrense cumplirá el papel del policía malo, al reclamar una relación menos desigual con China.
¿A qué se referirá Massa? A que el déficit comercial con la potencia asiática es de 8 mil millones de dólares por año. El acumulado desde 2013 a la fecha alcanza los 57 mil millones de dólares, un monto equivalente al de la deuda externa argentina.
Massa llevará un menú de opciones para compensar ese desequilibrio, hasta igualar la balanza comercial dentro de cinco años. China es un socio económico clave de la Argentina. El primero o el segundo detrás de Brasil, dependiendo del momento.
Entre 2017 y 2021, las exportaciones pasaron de 4.325 millones de dólares aproximadamente a 6.156 millones. La venta de soja a China cayó: de 2.414 millones a 1.782 millones. La de carne aumentó de 507 millones en 2017 a 1.889 millones en 2021. Las exportaciones de vino crecieron desde 23 millones a 25 millones en los últimos 5 años.
En el encuentro también estarán el canciller Santiago Cafiero y el embajador argentino Sabino Vaca Narvaja. El cara a cara entre ambos presidentes será el segundo en el año. El anterior había sido en febrero en Beijing, durante los Juegos Olímpicos de Invierno, donde la Argentina firmó la adhesión a la Ruta de la Seda y se acordó un plan de inversión en infraestructura. El Presidente chino a su vez tendrá su primera bilateral con Joe Biden en el contexto del G-20.
El déficit comercial con la potencia asiática es de 8 mil millones de dólares por año. El acumulado desde 2013 a la fecha alcanza los 57 mil millones de dólares, un monto equivalente al de la deuda externa argentina.
En los últimos dos años, creció la inversión de mineras chinas en el país: llegó a 2.618 millones de dólares. De los 9 proyectos con capitales chinos en la Argentina, 6 corresponden al litio. En 2021, el 42% del litio exportado tuvo destino chino.
Con el objetivo de ampliar la presencia argentina en la potencia asiática, la Cancillería mandó una nota para instaurar una nueva sede diplomática en Chengdu, capital de la provincia de Sichuan. Se trata de una ciudad de la Región del Oeste, donde China está implementando una intensa política de desarrollo.
La contracara de una relación amigable
Hasta ahí, los datos que reflejan un vínculo fluido y amigable entre ambos países. Pero también existen factores de discordia en la relación. Y Massa meterá el dedo en esa llaga ante Xi Jinping. La estrategia del policía bueno y el malo está acordada con Alberto Fernández.
¿Cristina Kirchner también está al tanto del juego a cara de perro que ensaya Massa con China? Un funcionario le asegura a El Cronista que sí, pero a la vez en la familia frentetodista no hay una mirada unificada respecto a la política exterior argentina, en el contexto de la guerra comercial declarada entre China y los Estados Unidos.
Uno de los puntos problemáticos en el trato con el Gobierno de Xi Jinping es la demora en el envío de fondos para destrabar definitivamente la construcción de las represas de Santa Cruz Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. En el Gobierno aseguran que China adeuda un giro de 1000 millones de dólares, mientras que el tesoro argentino puso 288 para no frenar las obras. Así evitó poner en riesgo los más de 4 mil puestos de trabajo involucrados en la construcción de las represas.
No hay una mirada unificada dentro del Frente de Todos respecto a la política exterior argentina, en el contexto de la guerra comercial declarada entre China y los Estados Unidos.
Pero el momento más tenso de la charla llegará cuando se repase la situación del swap con China. Fernández reiterará de entrada su pedido para poder ampliar el uso. Ese acuerdo de monedas con el Banco Popular chino asciende a unos 18.500 millones de dólares pero no son fondos que se puedan contar dentro de las (menguadas) reservas del Banco Central. "Es sólo una foto, un cuento chino", se queja un funcionario que sigue de cerca el pacto con el Gobierno de Xi Jinping.
Massa pretende incluso que ese swap se pueda usar para pagar las importaciones de China. Se trata de un tema que el ministro de Economía conoce bien, porque el manejo de la Aduana quedó bajo su órbita. ¿El tigrense se animará a trabar importaciones chinas, en una suerte de prenda de negociación? Silencio suspicaz, dentro del superministerio.
Massa a su vez tiene un plan B para equiparar la desigualdad comercial: que China compre bonos soberanos emitidos por el país, tal como hace con los Estados Unidos. Bonos con largo plazo de vencimiento, que faciliten al país la escasez de reservas en el Central. En concretísimo, la oferta massista al Presidente chino será: o ampliar las opciones de uso del swap o que su país compre bonos argentinos. Resta conocer la respuesta del tiempista Xi Jinping.
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