El acuerdo con el FMI trajo como novedad un plan para desarmar la famosa bola de nieve de Lebac, que supera el billón de pesos. Según explicaron los funcionarios del Gobierno, el plan consiste en que el Tesoro salga a colocar deuda en el mercado interno, le pague al Banco Central (BCRA) las letras intransferibles y, con ese dinero, el ente monetario cancele paulatinamente las Lebac.
El Ministro de Finanzas, Luis Caputo, dijo el viernes que se pagarán letras intransferibles por entre u$s 20.000 y u$s 25.000 millones. Estos instrumentos surgieron durante la administración kirchnerista, que las entregaba al BCRA a cambio de las reservas que tomaba. Ahora, el Tesoro saldará parte de esas obligaciones pero, para ello, colocará otros títulos en el mercado interno, aunque Caputo aseguró que no emitiría en moneda local a las tasas actuales.
De todos modos, el ministro destacó que la operatoria no implicará un aumento de la deuda sino un cambio en su composición: Estamos cancelando deuda intra sector público y para eso estamos tomando deuda con el sector privado. El nivel de deuda total queda inalterado, explicó. El funcionario añadió que la operatoria no tendría efecto monetario porque la cantidad de pesos en la economía permanecería igual.
Al respecto, Gabriel Caamaño, de Consultora Ledesma, reconoció que ahora el costo lo pagará el Tesoro pero opinó: Si primero se absorben los pesos, ya sea vía emisión de deuda o ventas de dólares en el mercado, y después se destinan al pago de las letras intransferibles, la historia cierra desde el punto de vista del efecto monetario y sobre inflación.
En cambio, Eric Ritondale, economista jefe de Econviews, encendió luces amarillas. Como el Tesoro tiene que emitir Letras para cambiarlas por Lebac, estas le representan más cargas de intereses. A la larga, para cuando finalice el programa, esto puede representar un aumento del gasto por intereses de deuda en 1 punto del PBI. Por esto mismo creo que la reacción del mercado el viernes no fue tan buena: que los bonos se hayan mantenido casi estables, es un llamado de atención, apuntó.
El canje de deudas empezaría pronto. De hecho, Caputo admitió que podría comenzar rápidamente rescatando las Lebac en poder de entes públicos, que suman unos $ 125.000 millones. Con los privados, en cambio, sostuvo que se hará en la medida en que el mercado lo permita. El titular de Finanzas detalló que el Tesoro podrá endeudarse en pesos o en dólares a diversos plazos (lo que permitirá alargar el horizonte de vencimientos) en el mercado interno. Si fueran en dólares, nosotros los transformaremos a pesos, dijo en referencia al nuevo objetivo de no venderle dólares al BCRA.
Ante eso, aparecen dos escenarios posibles. Como el mercado de pesos es chico, el Tesoro va a tener que pagar tasas que se acerquen al 40% de las Lebac si busca tentar a los inversores con deuda en moneda local. Por el contrario, si emite en dólares los va ofrecer en el mercado cambiario y eso podría apreciar o planchar al peso, analizó Amilcar Collante, economista de Cesur.
Aunque va a recurrir al mercado cambiario para vender dólares que provengan de eventuales colocaciones, Caputo negó que se trate de una intervención cambiaria. El encargado de intervenir en el mercado cambiario es el BCRA. Nosotros vamos a vender dólares para cubrir el déficit y probablemente lo hagamos a través del Banco Nación, como venimos haciendo, sostuvo. Y agregó que ofrecerán las divisas en el momento en que la demanda exceda a la oferta.
A modo de justificación del cambio de estrategia en la venta de los dólares del Tesoro, el ministro de Finanzas manifestó que hasta ahora no había demanda suficiente para colocar en el mercado todas las divisas provenientes de la deuda y que por eso se las vendía al organismo que preside Federico Sturzenegger, que debía emitir pesos y luego esterilizarlos con Lebac. Ahora hay demanda de dólares y no tenemos necesidad de vendérselos al BCRA. Eso permite que no aumente más esa bola famosa de Lebac y el objetivo es justamente reducirla, señaló.
El BCRA está preocupado desde hace tiempo por desarmar el stock de Lebac y evitar los megavencimientos mensuales. Por eso estuvo participando activamente en el mercado secundario a fin de recomprar estos instrumentos, achicar vencimientos y estirar los plazos. Desde la última licitación, por ejemplo, ya redujo sus obligaciones de junio en $ 108.000 millones. Así, el próximo vencimiento es de aproximadamente $ 555.000 millones.
En el nuevo contexto, el organismo también confirmó que tiene la intención de que las Lebac sean instrumentos bancarios hacia el año que viene. Esto sería una consecuencia natural del desarme propiciado por el BCRA y los privilegios que tienen las entidades financieras para licitar este tipo de títulos, que serán cada vez más escasos. Además, en el segundo semestre del año que viene el organismo podría sumar una normativa que convierta definitivamente a las Lebac en un instrumento para bancos.
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