La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzó su semana de actividades en una reunión con los principales referentes económicos del Gobierno, con el fin de repasar y obtener mayores detalles sobre la coyuntura económica y las prioridades de la administración, pero con una definición desde Washington: el organismo dice que no viene a pedir un ajuste del gasto.
La comitiva constituida por la directora adjunta del Departamento para el Hemisferio Occidental, Julie Kozak, y el jefe de la Misión para Argentina, Luis Cubeddu, fue recibida por el ministro de Economía, Martín Guzmán; el presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, y el representante del Cono Sur ante el organismo, Sergio Chodos.
El encuentro, que fuentes oficiales catalogaron como una "excelente reunión de trabajo", tuvo como fin el repaso y puesta al día de la coyuntura económica argentina, las cifras pronosticadas en el proyecto del Presupuesto 2021 y las prioridades del Gobierno, días después de medidas importantes en el mercado cambiario y en materia de retenciones.
Es que la misión del FMI vino en 'modo escucha', tal como anticipó su vocero Gerry Rice hace unas semanas, para obtener un "mayor entendimiento" de las circunstancias económicas que atraviesa el país y la agenda del Gobierno, en vísperas al comienzo de negociaciones para un nuevo programa que financie los cerca de u$s 45.000 millones que Argentina debe de capital de deuda.
Pero la definición del organismo sobre la misión vino de su directora, Kristalina Georgieva, que en una entrevista con CNN aseguró que la delegación tendrá como propósito "escuchar a las autoridades argentinas" y negó que haya una exigencia directa de una reducción del gasto público para achicar el elevadísimo déficit fiscal con el que carga la economía.
"Hemos tenido muy claro en esta crisis que es importante brindar apoyo a las empresas y, lo que es más importante, a los trabajadores. Así que no venimos con la idea de 'bueno, veamos cómo podemos ajustar aún más el gasto en estos tiempos'", señaló.
Argentina finalizará este año con un déficit fiscal primario superior al 8% del PBI y según el Presupuesto el año que viene rondaría el 4,2%, pero la baja vendría exclusivamente por la reducción del gasto asociado al coronavirus, tales como el IFE y el ATP.
El agujero se taparía en un 40% con emisión de deuda en pesos y el resto con emisión monetaria, lo que deja un delicado panorama macroeconómico para los próximos años, para los que Argentina debe enlazar un sendero de correcciones y reformas que desemboquen en superávit fiscal.
Los dichos de Georgieva pueden interpretarse como un respaldo a la postura de Guzmán, que había relativizado el domingo la necesidad de la baja del gasto público para dotar de certidumbre al escenario económico y dar señales de consistencia fiscal que contribuyan a estabilizar la economía.
Además, la directora del Fondo se refirió a la "escasez de dólares" de la Argentina, uno de los principales problemas que el Gobierno enfrenta y que intentó subsanar con el endurecimiento del cepo cambiario, del cual el FMI buscará empaparse.
Kozack y Cubeddu continuarán sus reuniones con funcionarios del Gobierno, dirigentes opositores y referentes de los sectores sindical y empresario. Se espera que la etapa más intensa de las conversaciones comience en noviembre y se llegue a un acuerdo cerca del primer trimestre, antes de abril.
El plan oficial del gobierno argentino que figura en el proyecto de ley de Presupuesto 2021 es postergar los pagos de principal hasta 2024, mientras que los intereses a pagar el año que viene, por u$s 3735 millones, se abonarían con desembolsos de otros organismos.
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