CORDOBA (enviado especial).- El voto en blanco quedó en tercer lugar y casi un 30% del electorado que no fue a las urnas en las elecciones de Córdoba volvieron a mostrar ayer el malestar ciudadano y el voto bronca que se replicó en gran parte de los últimos comicios provinciales. Mientras, persiste el cuestionamiento de la oposición por una demora en el recuento cuando apenas hay unos puntos de diferencia entre Hacemos y Juntos por el Cambio.
El triunfo ajustado del peronista Martín Llaryola sobre Luis Juez de Juntos por el Cambio dejó en Córdoba el sabor de un electorado muy polarizado pero también mostró un fuerte malhumor social en las urnas que se tradujo en un 4,91% de los votos en blanco.
De esta manera, el voto en blanco quedó cómodo en el tercer puesto después de Llaryora y Juez. Incluso por encima del kirchnerismo que no superó el 2,5% y la derecha de Federico Spacceci que apenas arañó el 3% de los votos.
Así, el resultado electoral de Córdoba se emparentó con otras votaciones provinciales recientes donde en 8 de los 13 distritos que se votó y en las que ya eligieron gobernador en lo que va de 2023, el sufragio en blanco fue un protagonista inevitable.
En esos distritos el voto en blanco fluctuó entre un piso del 3,54% (Neuquén) hasta el 7,96% (Jujuy). Pero la gran sorpresa se dio en las elecciones de Tierra del Fuego donde, más allá de otorgarle la reelección al gobernador kirchnerista Gustavo Melella, el voto en blanco fue de 21,6% y quedó en un segundo lugar cómodo.
Este comportamiento que no se veía desde las elecciones nacionales de 2007 que obtuvo el 6,43% de votos en blanco muestra un malestar ciudadano elevado. Es que a diferencia del voto nulo, impugnado o recurrido, el voto en blanco es una muestra de expresión ciudadana de disconformidad.
Apatía y voto nulo
A la vez, parte del electorado cordobés mostró cierta resistencia de participación electoral que también cristalizó una expresión de bronca y apatía que se viene registrando en las últimas 13 elecciones provinciales.
Ayer desde temprano, los candidatos Martín Llaryora (PJ) y Luis Juez (Juntos por el Cambio) instaban a la ciudadanía a volcarse a las urnas. Incluso el candidato radical apeló a la frase popular de "salir en un día peronista" por el radiante sol que hubo el domingo para captar los votos de los cordobeses que no iban a las urnas.
En los hechos, el 68% de la gente fue a votar en Córdoba aunque históricamente en las elecciones de esta provincia votan más del 75% de los electores.
Es cierto que la de Córdoba fue, junto con Chaco (41% de abstención), los lugares donde menor cantidad de gente hubo en las urnas en estos últimos tiempos. Pero en líneas generales en las provincias hubo una participación electoral que osciló entre el 68% y el 84% según los datos oficiales.
Desde el reinicio de la democracia hasta ahora las elecciones de 1983 y 1989 fueron las que más participación tuvieron, con el 85% del padrón, respectivamente.
El año que peor participación hubo fue en las legislativas de 2021 que por la pandemia del Covid-19 fue a votar el 68% del electorado
En las recientes elecciones de Río Negro hubo un 68,15% de participación y en Salta 69,46%. A la vez, en La Rioja (70,08%), Misiones (71,03%), Tierra del Fuego (71,28%), La Pampa (73,93%), Jujuy (74,74%) y Neuquén y San Luis (ambas con 76,2%).
En Chaco el gobernador Jorge Capitianich justificó la escasa participación en un comportamiento que se daba ante unas PASO y aventuró que para las generales será mayor el número de votantes.
No obstante, los comicios se dieron en el medio de las revelaciones del caso de Cecilia Strzyzowski y las vinculaciones políticas con el oficialismo local, con el pedido de la madre de la joven desparecida -presunta víctima de un femicidio- para que la gente no asista a las urnas en demanda por justicia.
En Córdoba también se registró un 2,55% de los votos nulos que podrían mostrar también un malestar social aunque es diferente del voto en blanco que es una muestra directa de rechazo ciudadano.
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