El consumo de energía eléctrica bajó hasta un 20% en los últimos días, tras las progresivas medidas de restricción de la circulación y el cierre de fábricas y comercios de rubros no esenciales. La industria demanda más del 40% del total de la energía en el país, mientras que los comercios participan con un 30% y los hogares, con el 30% restante.
El Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) decretado el viernes muestra su alto cumplimiento con estos indicadores, que también anticipan una severa recesión.
De acuerdo a datos públicos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) e informes privados a los que accedió El Cronista, la demanda de energía eléctrica cayó un 22% el lunes pasado, cuando recién algunas empresas empezaban a implementar la modalidad de teletrabajo (home office) y no había límites para la circulación.
Como contó este medio, el viernes a la tarde el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) requirió poco más de 14.300 megavatios (MW) con temperaturas promedio de 30° en el país.
La cifra, que siempre hay que tomar con precaución porque depende de la actividad industrial y comercial pero también del clima, fue similar a la de un domingo habitual, sin cuarentena.
En tanto, más sintomático resultó en derrumbe en las ventas de combustibles, que Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha) ubicó en un 80% respecto a los valores normales que se venían expendiendo en la previa a la crisis del Covid-19 (coronavirus).
"Nos entusiasma que la gente entendió que el combustible se usa exclusivamente si es necesario y vamos a elaborar un plan para acercarle al Gobierno para salir de esta crisis y poder pagar sueldos", contó Bornoroni.
Sin tanto dramatismo, un experto en el sector sostuvo que el descenso en las ventas era de 60% en naftas y 30% en gasoil, además de casi un 100% en el combustible jet fuel, un tipo de kerosene para los aviones.
Este golpe a la economía y toda la cadena de pagos en varios sectores el Gobierno ya lo visualizaba antes de decretar la cuarentena obligatoria para detener la propagación del Covid-19 (coronavirus ) y priorizar la salud pública.
Con todo, la sociedad mixta Cammesa (20% estatal y 80% de actores privados del sector) redujo al mínimo obligatorio sus requisitos de importación de gas a Bolivia a través de la empresa estatal Integración Energética Argentina (IEASA, ex Enarsa).
Cammesa requirió la semana pasada 17,6 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) de gas natural que Ieasa importó de Bolivia, pero ya desde el fin de la semana pasada redujo su solicitud a los 10,5 MMm3/d que Argentina está obligada a pagar al vecino país, por una cláusula de take or pay (tomar o pagar).
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